Luego de horas de deliberación, la mayoría del Tribunal Supremo Federal de Brasil votó por rechazar un recurso —el habeas corpus preventivo— introducido por la defensa del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva par apelar en libertad a otras instancias. De esa manera se dio luz verde para su encarcelamiento.
Uno a uno fueron decidiendo los jueces qué ocurriría con el exmandatario; y al final, seis apoyaron su prisión, mientras que solo cinco se mantuvieron del lado del líder del Partido de los Trabajadores. Lo que era un desempate terminó con el voto de la presidenta del Tribunal, Cármen Lúcia.
Si la votación hubiera terminando favoreciendo al político, tendría que ingresar inmediatamente en la cárcel y hubiese podido presentar un recurso hasta el 10 de abril; pero los resultados terminaron perjudicándolo.
Los miembros del Tribunal Federal de Brasil deliberaron en medio de una fuerte tensión política. Lula, quizá uno de los líderes más polémicos e importantes del país, todavía goza de un cierto respaldo popular que se vio representado este 4 de abril en las calles de Brasil. En paralelo, también muchos acudieron a las calles para apoyar el inminente golpe al Partido de los Trabajadores.
Hoy se consolida, entonces, el desmoronamiento de quien por muchos años fue un coloso y un emblema en Brasil y en la región para la izquierda. Lula cae por sus estrechos vínculos a la corruptela de la estatal Petrobras y a la Operación Lava Jato, la más grande trama de corrupción de Latinoamérica.
En febrero de 2016 en Brasil inició una investigación contra Lula por tráfico de influencias; meses después se le acusó de enriquecerse por casos de corrupción. En marzo la policía se lo llevó detenido para declarar.
El 9 de marzo de ese año, a Fiscalía de Sao Paulo denunció al expresidente por lavado de dinero y otros vicios de corrupción. La presidenta de entonces, Dilma Rousseff, lo intentó proteger nombrándolo ministro; pero sus propósitos fracasaron en menos de dos días —el magistrado del Tribunal Supremo Federal, Gilmar Mendes, suspendió su nombramiento—.
La figura de Lula fue decayendo en la trama de corrupción hasta que lo imputaron por sobornos a Petrobras; y continuaron apareciendo denuncias en su contra.
Finalmente, sus pretensiones de ser candidato presidencial se ven interrumpidas por la justicia brasileña. Continuaron apareciendo las denuncias e imputaciones en diferentes instancias.
Ahora, con la decisión del Tribunal Supremo Federal de Brasil, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva enfrentaría una condena de 12 años de cárcel por corrupción.