En un país en el que un profesor universitario o un médico gana menos de dos o tres dólares al mes, indigna enteramente que un militar reciba alrededor de US$ 80. Ocurre en Venezuela, la nación en la que la casta militar es la única consentida. La nación en la que millones de ciudadanos, con un sueldo inferior a los dos dólares, mueren de hambre.
El salario mínimo integral en Venezuela, luego del último aumento el 20 de junio, es de 5 millones 196 mil bolívares (un poco menos de un US$ 1,70). Y, según reseñaron varios periodistas y dirigentes opositores, que publicaron la irritante lista, un coronel del Ejército pudiera llegar a percibir hasta 240 millones 678 mil bolívares (o unos US$ 78).
Se trata del “Ajuste de sueldo y bonificaciones a partir de mayo de 2018”. Una lista que refleja la alcahuetería con el mundo castrense. El trato intolerablemente bondadoso con los principales responsables de las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Pero también, con quienes se han convertido en parte esencial y determinante de la permanencia del régimen de Nicolás Maduro en el poder.
Esto último es lo que explica la condescendencia. No es algo inédito. Es, más bien, una fórmula bien aplicada por los autoritarismos de talante totalitario. La idea es pervertir y consentir a los uniformados, para garantizar su docilidad.
Médicos y enfermeras piden homologación de sueldos a lo que están ganado militares:
Un coronel está percibiendo 240 millones, luego del aumento que hiciera Maduro a este sector.
Un médico con 25 años de estudio, devenga 3 millones mensuales. Millón y medio quincenal… pic.twitter.com/6xp9FX92ZK— Gabriela Gonzalez (@GabyGabyGG) July 2, 2018
“Con el nuevo aumento salarial a las FANB [Fuerza Armada Nacional Bolivariana] un coronel pasa a ganar 240 millones, mientras un médico con 25 años de formación gana 3 millones. ¿Por qué no se homologa el salario de los militares a todos los trabajadores venezolanos? Ya conocemos el motivo”, se pregunta el concejal del municipio Baruta en Caracas, Héctor Urgelles.
La propuesta la planteó primero el diputado a la Asamblea por el partido Primero Justicia, José Manuel Olivares. Dijo: “Si un coronel de la República va a ganar 240 millones de bolívares, un médico también merece ganarlo. Si un teniente va a ganar 230 millones de bolívares, una enfermera también lo merece. Si un mayor va a ganar 148 millones de bolívares, un bioanalista también; y si un capitán va a ganar 118 millones de bolívares, nuestro personal obrero, técnico y administrativo del sector salud, también lo merece”.
El médico y diputado, José Manuel Olivares, exigiendo hoy que se homologuen los sueldos del sector salud a los de los militares y que un médico pase a ganar 230 millones de bs que será el sueldo mensual de un coronel (video) pic.twitter.com/3d4mf96BFr
— Manuel Malaver (@MMalaverM) July 3, 2018
Aunque los militares pudieran estar satisfechos, la brecha es demasiado amplia para que la sociedad no se cabree. Las enfermeras de varios hospitales de Caracas llevan horas protestando y amenazan con renunciar si no se resuelve su condición. Argumentan que viven en la miseria y que su salario mínimo no sirve ni para comprar un kilogramo de carne de res.
“El intento de sobornar a los militares con sueldos astronómicos es una provocación de Maduro al resto de la población, que debe ser enfrentada y respondida debidamente cuanto antes”, dijo al respecto el histórico dirigente y miembro de la alianza Soy Venezuela, Enrique Aristeguieta Gramcko.
“El aumento metafísico de sueldo a los militares, aparte de ser una bofetada al pueblo que se muere de hambre, indica el miedo que corroe las entrañas de Maduro”, agregó Aristeguieta Gramcko.
No obstante, hay algo en lo que se debe insistir: se trata de un sueldo “astronómico” o un “aumento metafísico”. Un incremento abrumador y que deja una fisura demasiado amplia con el venezolano promedio; no obstante, sigue siendo una cifra mediocre. Ni siquiera son US$ 100. Otra muestra de que aún un salario presuntamente excesivo, y que genera escándalo, reafirma la realidad de un sistema económico pervertido.