El chavismo celebró el IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Si hubo debates, anuncios o lo que sea que algún chavista pudiera hacer —que seguro no es demasiado— quedaron completamente velados por lo que se impuso: un claro movimiento anti-Maduro.
Un poco antes de que el 28 de julio se instalara el Congreso, el denominado «protector del estado Táchira», comisario de la policía política SEBIN y coordinador de los CLAP, Freddy Bernal, reconoció: “Hemos perdido incluso gobernabilidad. Hay que decirlo. Y somos responsables de ello. No es responsable la ‘cuarta república’. No es responsable Carlos Andrés Pérez. Somos responsables nosotros porque tenemos 19 años en revolución y ya somos responsables de lo bueno y lo malo en este país”.
Luego se manifestó el constituyente y expresidente de la Comisión para la Diversidad, Tolerancia y Convivencia de la Asamblea Nacional Constituyente, Earle Herrera. Dijo que “la Constituyente debe hacer propuestas revolucionarias y audaces ante esta situación que estamos viviendo, porque no podemos quedarnos congelados”.
A ambos se les sumaron las voces de la ilegítima alcaldesa del municipio Libertador, Erika Farías; del constituyente Adán Chávez y del ministro de Educación, Elías Jaua. Ventilaron disconformidad con la dinámica actual del Estado. También hablaron de la necesidad de “democratizar” al Partido Socialista Unido de Venezuela.
Freddy Bernal contraría al jefe y asume que la revolución es la responsable del quiebre nacional.
Earle Herrera asegura que la Constituyente es inútil.
Jesús Faria dice que hay que abolir el control de cambio.
Elias Jaua que hay que vencer el autoritarismo burocrático.
— Gabriela del Mar ⚖️ (@gabrieladelmarp) July 22, 2018
A días de iniciar el Congreso, Maduro rechazó las críticas. Condenó al chavista que revira. Lo señaló de “contrarrevolucionario”. “Algunos lo toman como moda. Como un show. Son showceros. Dicen: ‘Yo sí soy crítico’. ¿Pero si el chavismo, en esencia, era crítico? Pero siempre para avanzar, no para destruir. No para autoflagelarnos. La crítica que sirve para dividir no es revolucionaria“, dijo el dictador.
Maduro califica como "showceros" "contrarrevolucionarios" y "apátridas" a los chavistas que hacen críticas "por moda".
Justamente en días pasados ha habido críticas de Freddy Bernal, Earle Herrera, Jesús Farías, Elías Jaua y Rodrigo Cabezas. pic.twitter.com/iIYuyxPOvt
— Gabriel Bastidas (@Gbastidas) July 25, 2018
En el marco del Congreso, que terminó este 30 de julio, también se manifestaron posturas revisionistas.
El ilegítimo gobernador del estado Miranda, y destacado chavista, Héctor Rodríguez, sugirió que lo sensato sería abolir una práctica intrínseca del modelo de la Revolución Bolivariana. Con respecto al control de cambio, Rodríguez dijo: “Hay que levantar esa ley. Creo que hay que permitir el libre intercambio de moneda para que eso facilite que sectores privados puedan atraer sus capitales”.
Otros, ya disidentes desde hace un tiempo, sumieron tendencias más drásticas.
El exministro chavista y exmiembro de la dirección nacional del PSUV, Héctor Navarro, criticó el IV Congreso chavista. Lo catalogó como “una mampara”. “Maniobra para buscar legitimidad porque el ejercicio del poder se les está complicando”, dijo al medio Efecto Cocuyo.
“Apenas murió el presidente Chávez, en 2013, se dejaron de convocar las reuniones de la dirección del partido. Siete miembros [del PSUV] dirigimos una carta a Diosdado Cabello pidiendo que se reuniera la dirección nacional y la respuesta fue: ‘Váyanse si quieren’. Se sacrificó la idea de Chávez de crear un partido profundamente democrático y su figura fue usada de forma utilitaria”, agregó.
El exiministro Jorge Giordani, gran responsable de las medidas económicas que destruyeron al país, aseguró en un artículo publicado en la víspera del IV Congreso, que Chávez, “uno de esos personajes que dejan profunda huella en su camino por la vida”, se equivocó al designar a Maduro como su sucesor.
“Lo que deseo resaltar en este escrito, es lo que ocurrió en Caracas, en el Palacio de Miraflores, cuando nos convocó a algunos de sus colaboradores, el 8 de diciembre, al anunciar lo que dijo en esa ocasión; la cual en mi plena convicción, significó un error grave de su parte, por lo cual los venezolanos, luego de su muerte, y a partir de abril del año 2013, estamos pagando una inconsecuencia con su memoria, con su legado, y la historia venezolana”, se lee en el texto de Giordani.
El artículo, polémico, fue respaldado inmediatamente por el exministro de Turismo, exministro de Comunicación y expresidente de Telesur, Andrés Izarra. En su cuenta de Twitter, no solo lo compartió, sino que agregó: “En ocasión del cumpleaños del comandante Chávez [28 de julio], un llamado urgente a salvar su legado y nuestro país. ¡Cambio de Gobierno ya!”.
Sobre las declaraciones y el clima en torno al Congreso chavista, la periodista venezolana Ibéyise Pacheco, escribió: “Hay que seguir de cerca el IV Congreso del PSUV. El escenario ventila diferencias internas. Hay una corriente anti-Maduro contenida y sectores que aspiran a tomar el control. Y por supuesto, se explayarán en decir barbaridades, como es usual”.
Y, por último, está Rafael Ramírez, antiguo zar de PDVSA y representante de Venezuela en la ONU. En un mensaje publicado en YouTube, habló de la urgencia de un cambio de Gobierno. Criticó al régimen y sus medidas económicas. También se explayó sobre la necesidad de resguardar el legado de Hugo Chávez.
Este 30 de julio culminó el Congreso. Se ratificó a Maduro como presidente del partido, pero es un consenso cargado de una sensación desabrida, y palpable.
El PSUV —y los denominados chavistas disidentes— no reacciona porque represente a algún sector engañado. Se trata de una élite bandida que busca resguardar la franquicia chavista. Y para ello, queda claro, Maduro es un obstáculo. El tirano, dueño de la licencia para explotar el liderazgo de Hugo Chávez, recibe el rechazo de más del 75% de los venezolanos.