Siendo gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, del partido Primero Justicia, lanzó su candidatura para las presidenciales de 2012 contra el expresidente Hugo Chávez Frías.
El entonces gobernador se alzó en las primarias opositoras y, en la campaña, recorrió todo el país sumando voluntades a su candidatura. No es atrevido decir que, para entonces, junto a la figura de Chávez, Henrique Capriles era el político más popular, respetado y apreciado de la palestra pública.
Luego del «triunfo» de Chávez, y su muerte, Capriles tuvo otra oportunidad para ser presidente de Venezuela. Contra un contendiente débil y sonso, como Maduro, las expectativas en torno al gobernador de Miranda eran mayores. Ese fue el punto más intenso de su carrera. Henrique Capriles Radonski era el responsable de acaudillar a toda una sociedad, que rechazaba con énfasis el autoritarismo chavista.
No obstante, su incapacidad para confrontar la volátil coyuntura y su adopción de una postura demasiado moderada, lo condenaron a vivir al margen del debate político. A ser una figura cada vez más rezagada. Ha sido un proceso gradual y de varios años. Desde 2013, el otrora gran dirigente se ha agostado. Consumido.
Y hoy, Capriles encara uno de los momentos más difíciles de su carrera. Por confesiones de hace meses del virrey en Venezuela de la polémica constructora brasileña Odebrecht, Euzenando Azevedo, el exgobernador es vinculado a una de las mayores tramas de corrupción de la era chavista —así como otros opositores, como el alcalde metropolitano y expreso político, Antonio Ledezma—. A propósito, el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, elegido por un Parlamento dominado por la oposición venezolana, solicitó a la Fiscalía una investigación contra el dirigente de Primero Justicia.
Ante el riesgo de, no solo ser condenado a la irrelevancia y el ostracismo, sino a la prisión, Henrique Capriles Radonski respondió con un breve comunicado. Sin embargo, las acusaciones son bastante sólidas. Pareciera que el destino indeseado de Capriles es inminente. Y llama la atención cómo hoy la antorcha de la inquisición la empuñan unos magistrados, antes designado, en parte, por el mismo partido del exgobernador de Miranda.
La otra ficha de Odebrecht en Caracas
Uno de los mayores contribuyentes de la campaña de Henrique Capriles para las elecciones presidenciales de 2012 fue la constructora brasileña Odebrecht. En enero de este año el exdirectivo de la constructora, Marcelo Odebrecht, confesó ante la justicia haber financiado campañas de la “oposición venezolana”.
“Nuestra intención era la de apoyar a muchos candidatos de oposición, incluso sabiendo que no iban a ser elegidos. Los apoyábamos de alguna manera. Porque la oposición también puede crear problemas. Una manera de crear una red es apoyar”, dijo en ese momento sin ofrecer mayores detalles.
Sin embargo, unos meses después el medio Armando.info, integrado por valiosos periodistas venezolanos, recogió y difundió el importante testimonio del emisario de Odebrecht en Venezuela, Euzenando Azevedo. Entre los videos aparecen varios que vinculan directamente a Henrique Capriles con la empresa brasileña.
“Durante la campaña [presidencial] de 2012, fui contactado por un empresario venezolano. Muy conocido, que inclusive trabajaba para Odebrecht, porque tenía una empresa que nos proveía concreto y piedra. Él me contactó en nombre de Henrique Capriles”, dijo a la Fiscalía de Brasil, finales de 2016, el testigo clave Euzenando Azevedo.
“Esa elección en 2012 fue entre el presidente Chávez y Capriles (…) Él me contactó. Un señor Benito Rodríguez. Me contactó en nombre del candidato para que nosotros contribuyéramos a la campaña de Capriles”, continuó el antiguo emisario.
El representante de Odebrecht en Venezuela dijo a la Fiscalía de Brasil que estuvo en la casa del empresario Rodríguez y allí le manifestó que Henrique Capriles estaba interesado en el apoyo de la constructora. A la semana, Azevedo volvió a visitar al empresario, pero para encontrarse también con el candidato.
“Yo tenía la preocupación de que si llegara un Gobierno de oposición, conociendo mi relación con el presidente Chávez, rescindiera los contratos de Odebrecht en el país”, dice el brasileño, por lo que conversó con Capriles, “sobre sus planes de Gobierno y le dije cuál era mi preocupación”.
El entonces gobernador le aclaró en ese momento a Azevedo que, de llegar a ganar, los contratos entre Odebrecht y el Estado venezolano continuarían.
“Yo sé que Venezuela necesita continuar generando empleo y sus obras son muy importantes. Yo continuaré las obras. Ahora, como sé que usted tiene una relación muy importante con el presidente Chávez, sería bueno que nadie sepa que nos hemos reunido”, dijo Capriles al Azevedo en ese momento, según confesó a la Fiscalía.
La confesión de Euzenando es perturbadora y expone las relaciones que pudieran existir entre miembros de la oposición venezolana con la mayor trama de corrupción de la región.
Odebrecht, empresa brasileña que logró jugosos contratos en países sobornando políticos, estaba dispuesta a mantener su preeminencia en Venezuela. Estadía que se permitiría gracias a los privilegios otorgados por el Estado. Algo que Henrique Capriles no estaba dispuesto a acabar. Canallada que en otras naciones ha servido para demoler Gobiernos enteros y hoy amenaza al exgobernador.
“Después de esa reunión me volví a encontrar con el señor Benito. Ahí si hablamos de monto. Yo decidí dar una contribución de dos millones de dólares divididos en varias partes (…) Ya hacia el final de la campaña nos reunimos los tres [con Rodríguez y Capriles] en el Hotel Pestana en Caracas”, agregó Euzenando Azevedo.
Eso fue en 2012. Ese año triunfó Hugo Chávez —quien, según el diario brasileño, El Valor, se enteró gracias a los servicios de inteligencia del apoyo de la constructora al opositor y amenazó con cortar todos los contratos que había entre Odebrecht y el Estado venezolano si Azevedo no regresaba a Brasil—. Pero a los pocos meses el expresidente murió, por lo que se tuvieron que celebrar nuevamente elecciones en Venezuela. Capriles volvió a ser candidato, pero esta vez en contra del ahora dictador, Nicolás Maduro. Nuevamente en campaña, volvió a solicitar la ayuda de la enviciada empresa brasileña.
“Ahí fue otra vez contactado por el señor Benito. Yo ya había comprobado su relación con el candidato Henrique Capriles. El proceso de aproximación ya no hacía falta. Y decidí nuevamente ayudar al candidato Capriles. Allí sí ya era más. Yo pensaba que tenía que ser un aporte más grande porque era Maduro contra Capriles [tenía más posibilidades de ganar]”, confesó Azevedo.
“Fue una ayuda sin mucha burocracia. Tuve una reunión con Capriles. Él insistió en que las obras eran prioritarias e iba a darles continuidad. Que no tuviera la menor preocupación. Luego, cerca de las elecciones, muy cerca, él me llamó para invitarme a su casa”.
Euzenando Azevedo dijo a la justicia de Brasil que en la reunión en el hogar del gobernador no estuvo el empresario Benito Rodríguez. Uno de sus asesores fue el que concertó el encuentro: “El gobernador Henrique Capriles quiere hablar con usted”. Ahí no se habló de ayuda financiera, pero Capriles enfatizó que no arrebataría los privilegios que ya mantenía el régimen chavista con Odebrecht.
Al final del video que publicó Armando Info, el emisario de la constructora brasileña confesó que para la segunda contienda dio USD $15 millones a Henrique Capriles. En total, entonces, serían 17 millones de dólares para el candidato opositor.
Una pertinente investigación contra Henrique Capriles
Gracias al mismo valioso testimonio de Euzenando Azevedo, la legítima fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, junto al Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, pudieron impulsar el juicio contra el dictador Nicolás Maduro. Ya el fallo es público y el líder del régimen chavista fue sentenciado a 18 años de prisión.
Ahora, en el acta final del juicio contra Maduro, el Tribunal Supremo reveló que en su «dispositivo séptimo» instan al Ministerio Público a iniciar investigaciones “contra personas naturales y jurídicas vinculadas en la comisión de los hechos punibles que se han determinado en este fallo, a los efectos de hacer efectiva la responsabilidad penal personal de quienes, además de Nicolás Maduro Moros, participaron en la comisión de los referidos hechos punibles”.
Además de mencionar a relevantes chavistas como José David Cabello Rondón, Elías Jaua, Jesse Chacón, Jorge Giordiani o Nelson Merentes, el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio también incluye en la lista a Henrique Capriles Radonski.
Así parece actuar la justicia
La aparición del nombre de Capriles en una lista de una institución legítima como el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio ha despertado la cólera de los seguidores de Capriles, aún fieles adeptos a la logia del «autobús del progreso».
“El horror de los magistrados mayameros en una operación ilegal, inmoral e impolítica de meter a Capriles en un saco prodrino, solo para perjudicar a la oposición de ‘adentro’ define muy bien su papel”, escribió al respecto el politólogo y articulista en el medio El Universal, Carlos Raúl Hernández.
También, el analista Ricardo Ríos dijo en una clara referencia a la dirigente María Corina Machado: “¿El mini Tribunal Supremo de Justicia acusa a Capriles tratando de limpiarle el camino a la hipersectaria? Ahora se entiende mejor a Almagro como vocero internacional de una aspirante muy tenaz”.
En contraste, el reconocido psicólogo y autor, Alberto Barradas, señaló: “El TSJ en el exilio dentro del dictamen contra Maduro también manda a investigar a Capriles por corrupción. La semilla de la justicia está sembrada. Restituida la democracia, la podredumbre que saldrá del chavismo y la falsa oposición será dantesca, pero será justicia”.
Pero así parece ser la justicia. Y esta es solo una investigación. A pocas horas de conocerse la información, el excandidato presidencial, Henrique Capriles, reaccionó con un comunicado en sus redes sociales.
En él, dice: “El que no la debe no la teme. Tengo 19 años al servicio de mi país siendo investigado permanentemente y jamás han podido ni podrán señalar alguna irregularidad o acto de corrupción que haya cometido”.
“Por eso en la gravedad del momento que vivimos y ante los señalamientos con los que se me intenta vincular ese necesario que nos preguntemos: ¿quiénes se benefician políticamente de esto? ¿quién financia toda esta operación de difamación y calumnia? ¿cómo es que mi nombre, que nunca fue mencionado en un juicio, aparece en una sentencia de unos magistrados en el exilio? La relación de Odebrecht en Venezuela fue y es con el Gobierno nacional, esto lo hemos explicado una y otra vez”.
Henrique Capriles no hace referencia a las confesiones de Euzenando Azevedo y Marcelo Odebrecht, que son las acusaciones que, naturalmente, deberían de impulsar una investigación en su contra. En cambio, acusa a todo de ser una guerra sucia para que algunos, con “aspiraciones presidenciales”, lo saquen del camino.
“En la Venezuela de hoy, agobiada por tantos problemas, no vamos a perder el foco de lo que sí es verdaderamente importante y de allí no nos van a sacar. ¡Seguimos trabajando! ¡Qué otros se ahoguen en sus ollas!”, concluye el exgobernador en su comunicado.
#23Ago Una vez más sobre el tema Odebrecht, reitero a la opinión pública. pic.twitter.com/MsTQc1jl0P
— Henrique Capriles R. (@hcapriles) August 23, 2018