El Gobierno de Uruguay y el Gobierno de España. Ambos, ahora, aliados del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Dicen que el enemigo del enemigo de uno, es amigo. Ahora, al revés. El enemigo del amigo de uno, es enemigo. Y de uno, del que esté comprometido con la causa por la libertad, es amigo el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
Contra Almagro va a protestar el de España, de Pedro Sánchez, en la OEA. Este 24 de septiembre presentó una nota verbal ante la organización por la «ofensa» del secretario general al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Para el Gobierno español, que Almagro haya llamado “imbécil” al impresentable socialista, “constituye una ofensa personal a Zapatero y afecta gravemente a la imagen de España”. Las palabras del secretario de la OEA “van mucho más allá de lo que podría justificarse por una diferencia de opiniones”.
Es el Gobierno de Pedro Sánchez, el mismo presidente que cuando pisó Latinoamérica lo que hizo fue proponer un diálogo con Maduro y fue incapaz de llamarlo dictador.
Al respecto, son pertinentes las palabras del ingenioso periodista y articulista español, Luis del Pino: “A mí, como español, no me ofende que Almagro llame imbécil a Zapatero. Es lo más suave que merece. Lo que como español me indigna es que un expresidente de mi país haga de mamporrero de un régimen criminal que ha sumido a Venezuela en la opresión y la miseria”.
Otro Gobierno, enemigo de Almagro, es el del socialista Tabaré Vázquez de Uruguay. Por desacuerdo con su dura postura ante el régimen criminal de Nicolás Maduro, el Gobierno de Tabaré informó que no respaldaría al secretario general de la OEA en caso de que decida buscar la reelección.
Luego de que Almagro dijera que no se debe descartar una intervención militar para deponer al dictador Maduro, Vázquez dijo: “No me sorprendieron [las palabras], porque, viendo las actitudes que ha tomado el señor Almagro a lo largo de su acción como secretario general de la OEA en este tema, ha sido coherente con lo que ha venido desarrollando”.
Que haya un defensor tan relevante y honorable de la causa por la libertad en Venezuela, para el Gobierno del uruguayo parece incómodo. Y es lo natural, porque también este 24 de septiembre el vicecanciller de ese país, Ariel Bergamino, dijo que su Gobierno no tiene claro y tampoco está “en condiciones” de asegurar que en Venezuela se haya cometido crímenes de lesa humanidad.
“Uruguay tiene una postura clara respecto a Venezuela y ya la hemos expresado reiteradamente. No estamos en condiciones en este momento de responder a esa pregunta [sobre la existencia de crímenes de lesa humanidad]. Si lo tuviéramos claro, lo plantearíamos”, dijo el vicecanciller luego de una reunión de Consejo de Ministros en Montevideo.