Según un informe de un plan del Gobierno federal de Estados Unidos para combatir al coronavirus —el «enemigo invisible», como le llamó el presidente Trump—, la pandemia de la enfermedad podría durar «18 meses o más» y podría darse en varias olas, lo que provocaría una fuerte escasez generalizada que pondría en serios problemas a los consumidores y al sistema de salud.
El informe desclasificado de 100 páginas, titulado U.S. Government COVID-19 Response Plan y fechado 13 de marzo, que se filtró a varios medios como el New York Times y este, asoma un panorama sumamente sombrío de lo que podrían ser las próximas semanas en un Estados Unidos sometido a la propagación indetenible del virus chino.
Además de decir que la crisis podría extenderse por más de un año, el documento señala que «puede ocurrir una escasez de productos que afecte la atención médica, los servicios de emergencia y otros elementos de infraestructura crítica (…) Esto incluye la escasez potencialmente crítica de diagnósticos, suministros médicos y personal en algunos lugares».
En concreto, el plan del Gobierno federal establece:
- La propuesta incluye una opción potencial (la Ley de Producción de Defensa de 1950, aprobada durante la Guerra de Corea) que permite al presidente Trump «tomar medidas extraordinarias para obligar a la industria estadounidense a aumentar la producción de equipos y suministros críticos, como ventiladores, respiradores y equipos de protección para los trabajadores de salud».
- El plan le daría a los gobiernos estatales y locales mayor poder para ayudar a combatir el virus.
- Se distribuirían suministros y equipos médicos de la Reserva Nacional Estratégica.
- La pandemia arreciaría en forma de olas y es probable que regrese en otoño, por lo que podría durar más de lo que se espera, también debido a la estrategia de buscar «aplanar la curva» para no saturar el sistema sanitario.
- La pandemia prolongada provocaría escasez generalizada de consumidores y trabajadores de salud.
Con respecto a una posible vacuna para detener la propagación del virus, el plan establece como un hecho que «la investigación, el desarrollo, la producción y la distribución de la vacuna COVID-19 están bajo rápido desarrollo y tomará tiempo extendido».
Entre los objetivos a mediano plazo del plan está la del desarrollo y la distribución rápida de tests para diagnosticar la enfermedad. También, llevar a cabo ensayos de antivirales y el desarrollo de una vacuna.
«La asociación con la industria farmacéutica para producir antivirales y vacunas. La distribución rápida de tests, medicamentos antivirales y las vacunas para manejar el COVID-19», se lee en el informe como un objetivo del Gobierno federal.
El plan, que fue compartido al New York Times y al que también tuvo acceso el PanAm Post, tiene la fecha del viernes 13 de marzo, día en que el presidente Donald Trump declaró la emergencia nacional debido a la pandemia del coronavirus —que ya ha infectado a más de 200 mil personas en todo el mundo y ha dejado un saldo de más de nueve mil muertes—.
«Quiero que todos los americanos lo entiendan bien: estamos en guerra con un enemigo invisible, pero ese enemigo no es rival para el espíritu y la resolución del pueblo estadounidense. No puede superar la dedicación de nuestros médicos, enfermeras y científicos; y no puede vencer el amor, el patriotismo y la determinación de nuestros ciudadanos», dijo Trump en un tuit este 18 de marzo.
«¡Prevaleceremos!», sentenció.