
EnglishEl camino del mercado es el de los intercambios voluntarios; el camino de la política y el Estado es el de los mandatos coactivos que provienen de la planificación central. Ambos caminos se encuentran entrelazados en mayor o menor medida en las sociedades modernas. Bajo esa realidad y con el objetivo de satisfacer las preferencias y necesidades de los individuos de forma eficiente, ambos requieren de ciertas instituciones o “reglas del juego y normas” que faciliten la coordinación de los agentes económicos en la sociedad.
Estas instituciones tienen gran impacto en el desempeño económico; los países donde esas instituciones protegen los derechos individuales, limitando la coacción arbitraria del poder político mediante la ley, tienen economías más prósperas que las dominadas por la voluntad de un caudillo.
Hace poco, estuvo en Quito el economista Martín Krause, presentando el Índice de Calidad Institucional (ICI) que elabora cada año para la Fundación Libertad y Progreso. Este índice evalúa la posición relativa de los países en relación a la calidad de los marcos institucionales que limitan el poder del Estado contra los derechos individuales.
El índice evalúa la calidad de las instituciones políticas y económicas. La calidad de estas instituciones está directamente relacionada con el crecimiento económico y la mayor calidad de vida. Para calcular el ICI, por un lado se toman indicadores que determinan las libertades políticas y civiles, como por ejemplo: normas que protegen los derechos individuales y el funcionamiento de la justicia (Respeto del Derecho), el funcionamiento de la democracia y la rendición de cuentas de los gobernantes a los ciudadanos (Voz y Rendición de Cuentas), la libertad de expresión (Libertad de Prensa) y la existencia de mayor o menor corrupción como un indicador de la calidad institucional (Percepción de la Corrupción); y por otro lado instituciones de mercado: Doing Business (facilidad para hacer negocios), competitividad global, libertad económica.
Ningún programa gubernamental ha sacado a tanta gente de la pobreza como lo ha hecho la actividad empresarial en condiciones de libre mercado
En el mundo los países con mejores posiciones son: Suiza (1), Finlandia (2), Nueva Zelanda (3), Dinamarca (4) y Noruega (5). Lo interesante es que comparando con el Indice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas (2014) estos mismos países ocupan lugares destacados también: Noruega (1), Suiza (3) Nueva Zelanda (7), Dinamarca (10) y Finlandia (24). En Latinoamérica el mejor posicionado es Chile (22). Ecuador está en el puesto 151 entre 193 países, ha perdido 81 posiciones en los últimos siete años.
Venezuela aparece en el 184, Bolivia (139) y Argentina (137). Todos estos últimos países sometidos a procesos políticos cobijados bajo el proyecto del “Socialismo Bolivariano”. ¿Por qué es importante una buena calidad institucional? Básicamente porque genera los incentivos necesarios para aumentar la inversión y la actividad emprendedora. El efecto de ello es un mejor desempeño económico, lo cual redunda en más oportunidades de progreso para las sociedades.
La coacción arbitraria ejercida por el Estado en manos de Gobiernos de corte autoritario atenta contra los derechos individuales. Bajo la visión del caudillo local, se ponen trabas a la libertad de comercio, a la libre contratación, se castiga a los más productivos mediante impuestos progresivos que terminan confiscando la propiedad privada, se expande el crédito de forma artificial para cubrir el gasto gubernamental generando inflación, se limita la libertad de expresión, etc.
Ningún programa gubernamental ha sacado a tanta gente de la pobreza como lo ha hecho la actividad empresarial en condiciones de libre mercado. La única forma de obtener beneficios en los mercados libres es sirviendo a los demás. Da lo mismo si se opera en el mercado de bebidas gaseosas o la venta de cosméticos por catálogo, servir a otros individuos mejor que lo que lo haría cualquier competidor, es la única forma de obtener ganancias que le permitan solventar sus propias necesidades; así es como la fuerza creativa del ser humano se expande.