El pasado fin de semana, la Organización Mundial del Comercio logró acordar la reforma al comercio global, estrategia que podría ser el puntapié para el establecimiento de un bloque de libre comercio uniendo regiones que van desde Vietnam a Chile y Japón. Se estima que dicho bloque comercial cubrirá un 40% de la economía global, y en él se verán implicadas 800 millones de personas.
El pacto comercial pretende unir a más de 12 países que tienen en común sus costas hacia el Pacífico. Se espera que el mismo sea concretado en los próximos 3 meses, si las negociaciones políticas lo permiten. Actualmente se encuentran en Singapur algunos Ministros de Comercio de los países involucrados en el posible acuerdo, con el fin de dialogar y superar las trabas que puedan surgir para el proceso de creación del Acuerdo Trans-Pacífico.
Las expectativas crecen en torno a este nuevo pacto, que sería muy beneficioso para diversos países de América Latina, entre ellos Brasil, al facilitar el acceso de sus productos al mercado mundial. Dilma Rousseff se expresó sobre el asunto a través de Twitter, donde afirmó que el fin de los estancamientos globales se encuentra en acuerdos multilaterales “y no en la imposición de los más fuertes sobre los más débiles”.
En palabras del analista Federico Steimberg, “el paquete de Bali incluye medidas de facilitación del comercio, cuyo objetivo es reducir los obstáculos burocráticos en las aduanas y que podría aumentar el PIB mundial entre 400.000 millones de dólares y 1 billón. Para América Latina el acuerdo es muy positivo, no tanto por el contenido del mismo, que es bastante reducido, sino porque la región, que por el momento ha quedado fuera de la mayoría de las nuevas negociaciones comerciales iniciadas al margen de la OMC, necesita una OMC fuerte y activa para que su voz se escuche”.
Fuente: Infolatam.