EnglishLa presidente de Brasil Dilma Rousseff anunció ayer a la noche que aumentará en 10% el valor de la asignación de su plan social bandera, Bolsa Familia, y reducirá el impuesto a la renta para los trabajadores, en un intento de contener las sucesivas caídas en la intención de voto registradas en las últimas encuestas. También prometió el reajuste eventual del salario mínimo y aprovechó para confirmar su candidatura por la reelección en octubre.
Aprovechando la ocasión del feriado del día del trabajador, en cadena televisiva y radial de alcance nacional, Rousseff se comprometió con las políticas de valorización del empleo digno y la preservación del poder adquisitivo. Las medidas anunciadas fueron un alza de 10% en las transferencias monetarias de un programa social que llega a 36 millones de brasileños, el reajuste del salario mínimo por encima de la meta de inflación anual y un aumento del 4,5% en los niveles de ingresos utilizados para el cálculo del impuesto a la renta, lo que significa que una mayoría de los trabajadores terminarían con una menor carga tributaria.
Igualmente, se defendió de las acusaciones de la oposición sobre el escándalo de malversación de fondos que rodea a Petrobras durante el periodo que Rousseff era consejera de la petrolera estatal. Acusó a sus rivales de estar en contra de la calidad de vida de los trabajadores al oponerse a medidas como la suba del salario mínimo.
Las preocupaciones por una alta inflación, incapacidad para organizar la Copa Mundial de Fútbol y la corrupción ligada al partido oficialista PT, han disminuido el nivel de apoyo que tenía Rousseff, incrementando las posibilidad de que sus rivales puedan forzarla a disputar la presidencia en una segunda vuelta en las elecciones programadas para el 5 de octubre.
Fuente: O Globo.