EnglishEl martes, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) publicó un informe titulado “La Guerra Llega a Casa: La Excesiva Militarización de la Policía Estadounidense,” un resumen de investigaciones realizadas en departamentos de policía a lo largo de Estados Unidos durante el período 2011-2012. La ACLU recaudó documentación de veinte agencias judiciales locales, estatales y federales, y encontró 800 casos en los que se desplegaron equipos SWAT.
De esos despliegues, sólo el 7% implicó un “rehén, barricada o escenarios de tiroteo”, es decir, la gran mayoría de las redadas de SWAT no implicó el aplacamiento de una amenaza violenta. Casi el 80% de las redadas realizadas por policías fuertemente armados fueron para servir una orden de registro, y el 62% fueron para buscar drogas.
“Hemos encontrado que la policía muchas veces utiliza redadas con equipos SWAT no para casos de extrema urgencia, como situaciones de rehenes, sino para llevar a cabo trabajo policial tan básic como ejecutar una orden judicial o la búsqueda de una pequeña cantidad de drogas”, dijo Kara Dansky, abogado principal del Centro para la Justicia de la ACLU.
Entre otros hallazgos notables está el hecho de que el 65% de las redadas con equipos SWAT implicó la entrada forzada en viviendas particulares, rompiendo o incluso volando con explosivos las puertas de las casas. Las más de las veces no se encontró ningún arma de fuego en el interior de la residencia, y al menos el 36% de las veces, “no se encontró ninguna evidencia de contrabando.”
“Nuestros hallazgos revelan no solo los peligros de la policía militarizada, sino también las dificultades para determinar el alcance y el impacto de esos peligros. En todos los niveles —desde la policía hasta los gobiernos estatales y el gobierno federal— casi no hay registros sobre los equipos SWAT o del uso de armas y vehículos de guerra y vehículos por la policía local”, dijo Dansky.
Fuentes: ACLU, Washington Post.