Más de 2.500 integrantes de las fuerzas policiales mexicanas fueron detenidos durante los últimos cinco años, según un monitoreo de medios llevado a cabo por el diario mexicano El Universal.
Entre 2010 y octubre de 2014, periodistas del diario mexicano encontraron 244 eventos en los que se detuvo a algún oficial de las fuerzas públicas. Para el año en curso, los registros ya superan 50.
Extorsión, abuso de autoridad, homicidio y retención de personas para entregarlas al crimen organizado, son algunos de los delitos en los que los agentes se han visto involucrados.
El debate en torno a la policía en México se reavivó tras la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero. Según los resultados de la investigación, la policía municipal de Iguala atacó, detuvo y supuestamente entregó a los estudiantes al cártel Guerreros Unidos.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), México cuenta con casi 520.000 efectivos en sus fuerzas policiales, a nivel mundial solo superado por la policía de India y Estados Unidos.
Siete de cada 10 integrantes de los cuerpos de policías municipales en México han sido infiltrados por el crimen organizado, afirma Lilia Aguilar Gil, diputada federal del Partido del Trabajo y secretaria de la Comisión de Justicia de la Cámara Baja.
Además de los problemas presupuestarios, las pésimas condiciones de trabajo y la falta de seriedad en un proyecto para la institución generan en los guardias una sensación de abandono. “Hay un desencanto en la carrera policial”, sentencia Elena Azaola, integrante del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores (CIESAS).
Los estudiantes de la escuela rural de maestros en Ayotzinapa no son las primeras víctimas del accionar policial. En mayo de 2011, 23 policías fueron arrestados en el municipio de Tarandacuao, en Guanajuato, a 350 kilómetros de Ciudad de México, por tener vínculos con grupos del crimen organizado. Una de las tareas que realizaban era vigilar a probables víctimas, detenerlas y entregarlas al cártel de La Familia Michoacana.
Fuente: El Universal.