El gobierno de Estados Unidos removió de una lista de sancionados a 59 compañías, individuos y embarcaciones de Cuba por su apoyo al terrorismo o narcotráfico, en una acción que indica avances en las conversaciones bilaterales que mantienen ambos países desde diciembre del año pasado.
Varias empresas están relacionadas con la industria pesquera y turística cubana, incluyendo compañías radicadas en Panamá y Estados Unidos.
En total, la Oficina de Control de Activos Extranjeros estadounidense removió a seis personas, 37 compañías y 16 embarcaciones de la lista de sujetos que tienen prohibido hacer negocios con ciudadanos estadounidenses.
La decisión es “una revisión interna de casos de designación [de individuos y entidades de Cuba sancionados] que está en curso”, indicó este martes un portavoz del Departamento del Tesoro. Aún en la lista permanecen más de 200 entidades cubanas.
Los cambios en la lista no modifica la designación de Cuba como un Estado patrocinador del terrorismo, nominación que se encuentra en una lista separada.
Tras la ronda de conversaciones del pasado 28 de febrero, la lider de la delegación cubana, Josefina Vidal, sostuvo que este punto no es una “precondición” para avanzar en los acuerdos, pero destacó que el tema era “muy importante” y lo categorizó como una “prioridad para el país”.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos demanda un aumento del personal autorizado en su misión diplomática en La Habana y movilidad sin restricciones para sus diplomáticos en la isla.
Bruno Rodríguez, ministro de Exteriores cubano, indicó el pasado 16 de marzo, tras una nueva ronda de conversaciones, que la designación de Venezuela como un amenaza para la seguridad y política exterior de Estados Unidos “ha provocado un serio daño al ambiente en el hemisferio en vísperas de la Cumbre de Las Américas”.
La cumbre regional será escenario del reencuentro público de los presidentes de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, después de los anuncios de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los países, y casi dos años después de que coincidieran en el funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica, a finales de 2013.