Una comisión de legisladores colombianos investigará al presidente Juan Manuel Santos por haber permitido al máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo “Timochenko” Londoño Echeverri, viajar a La Habana para participar en las conversaciones de paz que mantiene la guerrilla y el Gobierno en Cuba.
Esta investigación tiene origen en una denuncia presentada por el abogado Guillermo Rodríguez en octubre de 2014, cuando denunció de “prevaricato por omisión y traición a la patria” al mandatario, quien reconoció que Timochenko viajó en dos oportunidades a La Habana para “garantizar los avances de los acuerdos”, aunque aclaró que el guerrillero “no ha participado en la mesa de conversaciones, ni la delegación del Gobierno se ha reunido con él”.
“Los colombianos, la nación, pueden estar seguros de que todas mis actuaciones en la búsqueda de la paz han estado y estarán en el marco de nuestra Constitución y de las leyes que juré cumplir”, exclamó el mandatario.
Rodríguez considera que Santos traicionó a su país al permitir que el insurgente evadiera una orden de captura internacional vigente que pesa sobre él.
“Hay varias conductas que se tendrían que analizar porque al ver ese escenario de protección a un terrorista solicitado internacionalmente podría ocasionar desmotivación a las tropas, instigación a delitos militares como encubrimiento o traición a la patria”, señaló el jurista.
La investigación estará a cargo del representante Nicolás Guerrero del Partido Social de la Unidad Nacional, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, uno de los principales opositores al Gobierno de Santos. El congresista deberá determinar en los próximas días las pruebas y los testimonios que ordenará para acusar al presidente Santos.
Uribe reconoció que Santos tiene la facultad de autorizar esa reunión, y remarcó que “lo grave” son las actividades que las FARC y el insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) llevan a cabo en territorio colombiano.
“Mientras se reúnen en La Habana, aquí asesinan soldados y policías, mutilan uniformados y exhiben sus piernas, y sigue una expansión del narcotráfico y su control territorial”, afirmó Uribe, quien insistió que el Gobierno de exigir un cese del fuego.
Desde noviembre de 2012, el Gobierno de Colombia y las FARC mantienen conversaciones de paz en La Habana para ponerle punto final a un conflicto de cinco décadas que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
Fuente: El Espectador.