EnglishEl Consejo Nacional de Estupefacientes de Colombia aprobó este jueves una resolución que suspende el uso de glifosato —un poderoso herbicida para erradicar cultivos de la hoja de coca—, siguiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que consideró el año pasado que el químico “es probablemente cancerígeno”.
“El consejo por mayoría ha decidido suspender por aspersiones con glifosato sobre cultivos ilícitos”, señaló el ministro de Justicia, Yesid Reyes después de la reunión.
Reyes agregó que se creó una comisión técnica, la cual “en el plazo de un mes debe formular las recomendaciones para ajustar la política contra las drogas a la realidad que implica la suspensión anunciada”.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció el pasado sábado que iba a promover la suspensión del herbicida, una parte importante de los esfuerzos antidrogas de Estados Unidos en Colombia.
“El uso del glifosato tiene que ser reemplazado con otros mecanismos, por ejemplo, intensificar la erradicación manual”, dijo el presidente.
La decisión fue aprobada con 7 votos a favor, y un solo voto en contra, del procurador general, Alejandro Ordóñez.

Más de 1,6 millón de hectáreas han sido fumigadas con el herbicida para matar las plantas de coca, de cuyas hojas se obtiene un precursor de la cocaína. Este programa es llevado a cabo en parte por contratistas estadounidenses.
El embajador de EE.UU. en Colombia, Kevin Whitaker, confirmó que su país respetará la decisión de Colombia y seguirá trabajando con el Gobierno de Santos para reducir la producción de la hoja de coca en el país.
“Colombia y Estados Unidos han desarrollado una cantidad de aproximaciones como parte de un esfuerzo para confrontar el narcotráfico”, dijo Whitaker.
Ya en el 2014, la Corte Constitucional Colombiana había determinado que en el caso de que se probara que el herbicida era dañino, el Gobierno debía tomar medidas de precaución y suspenderla.
“La decisión de suspender estos programas de fumigado sugieren que el presidente Santos entiende la necesidad de promover reformas no solo a nivel global, sino también en casa”, dijo en un comunicado Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la Drug Policy Alliance (DPA).
“En vez de fumigar sus campos y comunidades con estos herbicidas, Colombia debería enfocarse en programas alternativos”, añadió Hanna Hetzer, coordinadora de el programa de la DPA para las Américas.
En 2013, Colombia accedió pagarle a Ecuador US$15 millones por una demanda sobre daños ambientales y a la salud supuestamente causados por la aspersión del herbicida en regiones fronterizas.
Funcionarios colombianos afirman que la fumigación aérea del año pasado cubrió unas 55.000 hectáreas, mucho menos que las 172.000 hectáreas en el pico de 2006.
Mientras tanto, después de seis años consecutivos de disminución de la cantidad de tierra dedicada al cultivo de coca, la producción aumentó en un 39% en 2014, pasando a 112.000 hectáreas, de acuerdo con datos de la Oficina de la Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca.
Fuentes: El Mundo, Diario Libre.