Mientras la estrella del fútbol mundial Lionel Messi deslumbra dentro de las canchas, su actuación fuera de ella despierta polémicas.

La Human Rights Foundation (HRF), con sede en Nueve York, criticó duramente en un comunicado la visita del astro argentino a Gabón.
“Lionel Messi ha dañado seriamente la credibilidad de su propia fundación benéfica al ponerse al servicio de la familia Bongo y servir como instrumento de relaciones públicas de esta cruel y corrupta dictadura”, señaló el presidente de HRF, Thor Halvorssen.
“Mientras que Messi afirma defender los derechos del niño, e incluso funge como embajador de la UNICEF, se haya prestado para alimentar el aparato propagandístico de un régimen cleptocrático que rehúsa a investigar crímenes horrendos, entre ellos, el sacrificio ritual de niños”, agregó Halvorssen.
Messi viajó al país africano el pasado 17 de julio para participar en la colocación de la primera piedra de un futuro estudio planificado para la Copa de África de Naciones 2017.
Según información del sitio web de investigación Mondafrique y la revista francesa France Football, que luego fue desmentida por autoridades gabonesas, el jugador argentino recibió €3,5 millones por su estadía de apenas 24 horas en ese país.
La presencia de Messi en Gabón implica un respaldo al brutal régimen de la familia Bongo, que “ha ejercitado el control absoluto sobre la política, economía y sociedad gabonesa desde 1967”, denunció la organización.
“Los Bongo han utilizado a Gabón como su estado feudal durante décadas, saqueando sistemáticamente los vastos recursos naturales”, sostiene el comunicado.
HRF destacó que “la visita de Messi fue transmitida por la televisión estatal gabonesa y utilizada como propaganda interna de la dictadura”.
Sus actividades en tierras africanas incluyeron la visita a un hospital estatal y la asistencia a un evento de inauguración de un restaurant propiedad de la familia de Ali Bongo, quien sucedió a su padre, Omar, en 2009.
“Si Messi realmente quiere ayudar a la gente de Gabón, HRF recomienda que en lugar de salir de fiesta con sus opresores, se pronuncie formalmente en solidaridad con los disidentes que están siendo perseguidos, y presione al régimen a investigar los asesinatos rituales de niños”, concluyó Alex Gladstein, director de estrategias de HRF.