EnglishMientras Panamá se enfrenta a un aumento en la tasa de criminalidad, permisos falsificados para porte de armas y un incremento de las actividades ilícitas de clanes o bandas, el Gobierno panameño ha decidido levantar la prohibición de importación de armas en un esfuerzo por promover la seguridad personal.
Rodolfo Aguilera, ministro de Seguridad Pública, declaró que el país seguirá los pasos de Estados Unidos y Suiza, donde se cree que el derecho a poseer armas contribuye a reducir el número de homicidios.
“Todo parece indicar que no hay correlación directa con el aforismo que dicta que más armas conllevan a más crímenes”, dijo Aguilera, quien explicó que la flexibilidad en las leyes de armamento han permitido a Estados Unidos reducir la tasa de homicidios en los últimos 20 años.
Aguilera añadió que las nuevas regulaciones incluirán estudios psicológicos, así como investigaciones sobre antecedentes penales de los futuros dueños de las armas.
Bajo la ley actual, vigente desde 2012, sólo las fuerzas de seguridad del Estado pueden importar armas de fuego. Por su parte, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) ha pedido una revisión exhaustiva de la ley antes de que la Asamblea Nacional concrete alguna acción al respecto.
“Es una decisión a tomar para cada estado soberano, pero debemos tener en cuenta que para los criminales todo lo que está prohibido tiene más atractivo”, indicó Hefer Morataya, director del Programa Centroamericano para el Control de Armas Pequeñas y Ligeras, patrocinado por la Unión Europea, el cual pertenece al Sistema de Integración Centroamericano (SICA).
Sin embargo, no todos concuerdan en que estas medidas beneficiarán a la sociedad panameña.
Teresita de Arias, excongresista y líder del Partido Popular, dijo que el levantamiento de la prohibición podría tener un efecto indeseado en la opinión pública.
“El problema de la seguridad no se resolverá porque cada ciudadano [ya] tiene un arma para defenderse”, explicó Arias. Ella cree que los comentarios de Aguilera sobre la tasa de homicidios difieren de la realidad, y añadió que el mismo país norteamericano enfrenta problemas con el control de armas.
En el primer trimestre de este año, Panamá registró 165 homicidios en seis diferentes regiones. Según el Ministerio de Seguridad, 70 por ciento de ellos fueron perpetrados con un arma de fuego.
“No existe ningún registro de las armas de fuego que llegan, mucho menos de cuántas son”, remarcó el viceministro de Seguridad, Rogelio Donadío. “El tráfico de armas no genera tantas ganancias como las drogas, pero sí amenaza la seguridad ciudadana”.
En el año 2012 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) estimó que un aproximado de 700 mil armas de fuego circulan en las calles de Panamá.
Fuentes: Panamá América, La Estrella de Panamá.