El Presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, aseguró que Nicolás Maduro lo llamó “dos o tres horas” antes de la reunión de la OEA el pasado lunes para informarle que se reuniría con el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, para tratar la crisis fronteriza. Esta declaración causó molestia en el Gobierno colombiano, que infiere que fue la razón por la cual Panamá se abstuvo en la votación realizada por la OEA para convocar a una reunión extraordinaria de cancilleres que tratara el conflicto entre Venezuela y Colombia, voto que resultó decisivo para que se denegara dicha reunión.
Según la versión de Varela, el presidente venezolano le comunicó que “estaba dispuesto a reunirse de forma bilateral con el presidente Santos en Ecuador o Panamá o en un lugar que ambos escogieran”, expresó el mandatario, en declaraciones realizadas el día de ayer.
Varela intentó “pasar este mensaje y tratar de facilitar un encuentro bilateral”, mas no lo pudo ubicar.
Luego, afirmó que intentó pedir al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y a la canciller colombiana, María Ángela Holguín, que se retrasara la votación “para permitir a la diplomacia hacer su trabajo”, pero tampoco lo logró.
“No importa donde se debata. El problema entre Venezuela y Colombia debe ser resuelto por ambos Gobiernos y ambos jefes de Estado. Aquí hay que enfocarse en las personas que están siendo afectadas por el cierre de fronteras”, manifestó Varela.
Este es el motivo por el que Panamá decidió abstenerse en la votación del lunes y fue objeto de varias críticas y desató otras afirmaciones.
[adrotate group=”8″]Particularmente duras fueron las críticas de Holguín a la declaración de Varela: “no sé si (la llamada) era para neutralizar a Panamá. Maduro dijo que quería ayuda con una posible reunión entre Colombia y Venezuela (…) La llamada fue muy curiosa porque fue un momento antes de la votación (…) Es increíble que haga un comunicado con todas las expresiones de que van a estar y van a votar (en la OEA y a favor de la reunión), y que durante la votación se abstengan”, señaló la canciller colombiana.
El 19 de agosto, Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia tras un incidente ocurrido en Táchira donde tres militares y un civil resultaron. En un principio el cierre sería por 72 horas, pero se ha extendido indefinidamente.
A partir de ahí, unos 1.100 colombianos han sido deportados y otros 10.000 han cruzado la frontera por miedo a ser expulsados y que se les sean arrebatadas todas sus pertenencias. También se han recibido testimonios de abuso de los derechos humanos por parte de las autoridades venezolanas.
Aunque el presidente venezolano sigue señalando que quiere una reunión a solas con Santos, en medio de la crisis partió a una gira por China y Vietnam no anunciada previamente, en busca de financiamiento para la delicada situación de la economía de su país.
Fuente: El Universal.