En Perú, el jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), Pedro Gamboa, informó que los indígenas liberaron a los 40 turistas nacionales y extranjeros que mantenían secuestrados desde el miércoles 23 de septiembre, en la localidad de Boca Manu. Gamboa aclaró que los visitantes se encuentran estables de salud, y que serán trasladados a un albergue a una hora de la zona, para que puedan continuar con sus rutas.
Los indígenas mantuvieron a los afectados más de un día retenidos, al inmovilizar sus embarcaciones. Entre los secuestrados estaban los turistas, los guías turísticos y su personal de apoyo. El orientador Juan José Salas dijo, desde el sitio donde los mantenían aislados, que: “Estamos retenido acá, tomaron nuestros botes, tomaron todo. Tenemos personas mayores aquí, una con el hombro lastimado porque se cayó”. De igual forma, declaró que el calor era muy intenso y la comida empezaba a acabarse, pero que no se presentaron acciones de violencia.
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El director de la Policía de Perú, general Vicente Romero, aclaró que las autoridades estuvieron presentes al momento, y confirmó que los turistas no habían sido maltratados. “Han sido retenidos por los nativos que quieren hacer prevalecer sus reclamos, por la construcción de una carretera”, explicó. Los visitantes fueron raptados por unos 200 manifestantes de las comunidades nativas Diamante, Isla de los Valles y Boca Manu, en el distrito de Fitzcarrald, región Madre de Dios.
Los nativos protestaban por la culminación de una carretera protegida por el Gobierno. Sin embargo, la Sernanp denunció a las autoridades del Gobierno regional de Madre de Dios, alegando que la construcción era ilegal. La institución argumentó que la obra no contaba con opinión técnica favorable ni estudio de impacto ambiental.
En el expediente, los términos aprobados son para mejorar un camino vecinal, y no una vía de tres kilómetros de largo y tres metros de ancho. Gambo explicó que: “serviría para el desarrollo de actividades como tala y minería ilegal, las cuales representan una amenaza para las áreas naturales protegidas”. Además, señaló que el Gobierno regional de Madre de Dios no enmendó el error y continuó con el trabajo en la zona.
Fuentes: La Nación, El Comercio