
La vicepresidenta argentina y titular del Senado, Gabriela Michetti, rescindió el pasado lunes 5 de enero, los polémicos contratos en planta permanente de 2035 empleados que su antecesor kirchnerista Amado Boudou consignó a lo largo de 2015.
De esta manera recortó los empleados de la Cámara Alta que colocaron en rojo las cuentas de este organismo.
«No se puede justificar semejante aumento, ya que el Senado mantiene el mismo número de senadores y las mismas funciones», señaló Gabriela Michetti.
Michetti declaró que estas designaciones de Boudou representan un «desmadre administrativo». Según un informe dado por la vicepresidenta, el presupuesto del Senado pasó de 2.400 millones de pesos de 2014 a los 4.320 millones de pesos planificados para este año.
«Si hoy el Senado quisiera hacer frente al pago de sueldos, sin aumentos, tendría un déficit de 570 millones de pesos», agregó la vicepresidenta argentina, que preside la Cámara Alta.
Entre varias irregularidades, 195 empleados no tenían ni siquiera iniciado un legajo cuando se les designó en el Senado, es decir que no se habían recopilado informaciones o documentos referentes a las personas.
[adrotate group=»7″]»Pasaron de caminar por la calle a integrar la planta permanente, sin escalas intermedias», indicó un funcionario de la Cámara.
Esta revisión de contratos en el legislativo sigue la línea de una auditoría similar que lleva a cabo el poder Ejecutivo encabezado por el presidente Mauricio Macri.
Mediante un decreto gubernamental, se auditarán en los próximos meses los contratos de funcionarios aprobados por el Estado los últimos tres años y la renovación de otros miles de empleados temporales.
En una información relacionada, el exvicepresidente Amado Boudou, procesado por estos nombramientos, está en México, donde vive su pareja, quien es diputada en ese país. Aunque está rumbo al juicio oral, Boudou logró salir de Argentina tras superar dos prohibiciones judiciales en contrario.
Fuentes: La Nación, 14 y medio.