
La Casa Blanca abrirá sus puertas este jueves 4 de febrero para celebrar “por todo lo alto” junto al presidente colombiano Juan Manuel Santos, los 15 años de haberse concebido el Plan Colombia.
El Plan Colombia es un acuerdo bilateral creado en 1999 entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, con el objetivo de “generar una revitalización social y económica, terminar el conflicto armado en el país suramericano y crear una estratégica antinarcótica”.
Según el diario local El Tiempo, más de 250 personas han sido invitadas al evento, entre ellas presidentes, expresidentes, congresistas y funcionarios de ambos países que jugaron un papel “clave” en la implementación de la estrategia.
“En el caso del Gobierno colombiano, se ha vendido esta gira –y el evento del jueves– como una de agradecimiento a Washington por el respaldo ofrecido durante todos estos años…”
Según El Tiempo el Gobierno de Juan Manuel Santos espera que “tanto el Congreso como la Casa Blanca se comprometan con un nuevo Plan Colombia pensado para los próximos 15 años”.
Modernización de las fuerzas militares
La Silla Vacía, por su parte, presenta hoy los Sueños y Miedos del Plan Colombia en el cual se expresan los logros y desvíos del acuerdo bilateral.
“El Plan Colombia fue muy bueno para la modernización de las Fuerzas Militares y la policía. Pero si el objetivo era erradicar la coca fue un desastre”, dijo a ese medio Julián Wilches, ex director de política de drogas del Ministerio de Justicia.
El portal web asegura que en la creación del Plan hubo choque de persepectivas pues el Gobierno de Clinton quería convertirlo en un plan antinarcóticos, y Andrés Pastrana siempre repitió que no sería un plan para la guerra sino para desarrollar las zonas más deprimidas del país.
En todo caso, la estrategia sirvió para fortalecer al ramo militar en la lucha contra las drogas.
La Silla Vacía también revela que las fumigaciones para acabar con el cultivo de coca, lo que lograron fue el “traslado de los cultivos hacia zonas más impenetrables para los aviones de aspersión, como las zonas de fronteras, los parques naturales y los territorios étnicos bajo autoridades indígenas o consejos afro”.
Según El Nuevo Herald “Década y media más tarde, se acredita a esa iniciativa con haber reformado el país”.
“Estados Unidos ha metido alrededor de US$10.000 millones en la iniciativa desde que fuera concebida en 1999, la mayor parte de ello en ayuda militar. Pero también se invirtieron millones en intentos de erradicar la coca a base de incentivos y amenazas: fumigar las cosechas con glifosato y brindar alternativas económicas a los campesinos. El programa ayudó a Colombia a reducir su producción de coca en más de la mitad del 2000 al 2014, pero, lo mismo que la planta silvestre de Quenguan, el problema persiste”.
El fracaso: no se redujo la oferta de coca
En una entrevista para el diario El Espectador, Pascual Restrepo investigador del Centro de Estudios de Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes en Colombia, señaló que “en términos de mejorar la seguridad, los avances fueron significativos”, pero “en términos de reducir la oferta de coca y el narcotráfico, el Plan Colombia no ha sido exitoso”.
“Las cifras oficiales recopiladas por la Oficina de las Naciones Unidas (UNODC) revelan que la producción de cocaína colombiana pasó de cerca de 700 toneladas métricas a oscilar entre 450 y 576 toneladas métricas anuales. De esta producción el gobierno pasó de decomisar 70 toneladas a entre 140 y 200 toneladas anuales en años recientes. Nuestra política antidroga cuesta 1,300 millones de dólares al año, y solo consigue reducir la oferta de cocaína que sale de Colombia en 250 toneladas métricas”.