Luego de dos años de lucha incansable, la oposición venezolana logró que la Organización de Estados Americanos (OEA) invocara la Carta Democrática en el caso de Venezuela. PanAm Post no podía dejar pasar la oportunidad de entrevistar a María Corina Machado, líder del partido Vente Venezuela una de las protagonistas de este logro, pues en los últimos años se ha dedicado a viajar por el mundo para dar a conocer la crisis humanitaria que enfrentan los venezolanos.
Machado, junto a Lilian Tintori, esposa del preso político Leopoldo López; y Mitzy de Ledezma, esposa del preso político Antonio Ledezma fueron quienes desde el principio calificaron al régimen de Nicolás Maduro como una “dictadura” y quienes, con la bandera de Venezuela en mano, dieron a conocer las violaciones a los derechos humanos en ese país.
Si el gobierno de Nicolás Maduro desobedece el mandato de restituir los derechos democráticos, Venezuela podría ser expulsada de la OEA. ¿Es esta la meta de la oposición?
En la oposición no buscamos la expulsión de nuestro país de la OEA, pero sí que se haga respetar el Estado de Derecho y la democracia.
Hoy en Venezuela el Gobierno asume que ni la OEA ni la Carta Democrática valen, hoy en Venezuela absolutamente todos los puntos que plantea la Carta Democrática para la vigencia de un estado democrático se están violando. Hoy hay una ruptura absoluta del orden democrático en nuestro país.
Evidentemente la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está dividida. ¿Cómo es esa división y cuál es su rol dentro del movimiento opositor?
Las coaliciones democráticas son plurales, por supuesto que hay distintos puntos de vista; yo tengo años llamando a este régimen como una dictadura y hay un sector que no lo quería asumir.
Yo advertí hace dos años que venía una crisis humanitaria y algunos pensaban que era una exageración dentro y fuera del país.
Ahora, hoy hay coincidencia en elementos fundamentales: 1) Maduro se tiene que ir ya. Todos sabemos que el referendo revocatorio a partir del 2017 es una farsa, y esta es una cosa que tenemos muy clara. Porque a partir del 2017, con la constitución venezolana, Maduro se va, pero se queda el vicepresidente que él nombre hasta el final del período. Entonces, ¿de qué estamos hablando?
Se le resuelve un problema al PSUV (Partido Unido Socialista de Venezuela), pero se quedan las bases en el poder. Por favor.
Entonces, uno, hay coincidencias en cuanto a la salida inmediata de Maduro para detener, insisto, la hemorragia de sangre y de recursos que se van del país. Dos, hay coincidencias en que tiene que ser con presión ciudadana, movilizaciones, protestas, en todas sus formas democráticas. Y, tres, hay coincidencias en que necesitamos el respaldo y la presión internacional, y que tiene que aprobarse la Carta Democrática.
Mientras tú y yo estamos hablando, se le está entregando, ahora en la mañana (del miércoles, primero de junio) (al Secretario General de la OEA Luis) Almagro una resolución, un acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado firmado por todos los diputados de la Fuerza Democrática en el cual se le ratifica que Venezuela solicita a través de la Asamblea Nacional, del parlamento, que se invoque la Carta Democrática Interamericana.
En esos temas, que son lo central de la política, hay acuerdo.
¿Cuál es la situación diplomática actual en América Latina en torno a Venezuela. Especialmente, ¿cuál es la posición del gobierno de Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, dado que el gobierno de Maduro es garante del proceso de paz con las Farc?
Yo no quiero especular…
El informe del Secretario General de la OEA (sobre Venezuela) es demoledor y contundente. Habla sobre un proceso sistemático de violación de derechos humanos, de destrucción de la institucionalidad democrática, de la creación de un narcoestado, de persecución política, de censura en la prensa sin precedentes.
Esto no es algo nuevo, esto tiene muchos años. Y es algo de lo cual los gobiernos democráticos de América Latina han estado muy al tanto. Porque tenemos muchos años, muchos venezolanos creando conciencia sobre el riesgo de lo que ocurre no solo para Venezuela —porque al final, son nuestros muertos— sino el riesgo que esto representa para la región.
Han habido voces muy valientes en la comunidad internacional, y en particular quiero resaltar a expresidentes colombianos como el Presidente (Andrés) Pastrana, el Presidente (Álvaro), el Presidente (César) Gaviria, el Presidente (Belisario) Betancur, que han entendido y asumido la causa por la democracia venezolana como una causa propia, porque los derechos humanos no tienen fronteras.
Ahora, desde luego que se está percibiendo, favorablemente, un cambio en el hemisferio, que desde luego hace posible que sea inminente la aprobación de la Carta Democrática (en la OEA), lo cual hace unos meses no era visto como algo concebible o factible.
Creo que como se desmorona el Foro de Sao Paulo, un espacio de complicidad, utilizando los recursos de Venezuela para promocionar un modelo político que tiene no solamente una dimensión de corrupción y antiética total, pero también una visión de permanencia indefinida en el poder en toda América Latina. Y desde luego hay vínculos con actividades delictivas con los grupos irregulares que operan en Colombia.
Por lo tanto creo que el cambio en Brasil, el cambio en Argentina, incluso como se acentúa el cambio en Perú, son evidencias muy favorables al cambio político en Venezuela.
Ahora bien, lo que los venezolanos clamamos es que no hay tal diálogo geopolítico o electoral interno en algunos países que pueda justificar la debacle que hoy hay en Venezuela. Además creo que ya no es solamente un tema ético… también es un tema pragmático.
Yo lo he repetido cada vez que he ido a Colombia aunque tengo dos años y medio con prohibición de salida de (Venezuela). Pero no es posible, no será posible una paz genuina, sostenible en Colombia mientras exista en Venezuela una dictadura que ampara las operaciones de la guerrilla, el narcotráfico y el paramilitarismo, y que se ha mezclado con ellos como el régimen actual.
De modo que nada está más en el interés de Colombia y de quienes quieren la verdadera paz en Colombia que lograr un cambio de régimen, un cambio político a la mayor brevedad en Venezuela.
Quisera resaltar que en esta iniciativa oportuna, impostergable, el Secretario General de la OEA podrá contar con el respaldo de Colombia y de nuestros hermanos latinoamericanos. No ha más excusas. En ese informe se desnuda la realidad: en Venezuela hay una dictadura. Y por el bien de Venezuela y de la región tiene que salir ya.