La sabiduría convencional sobre el tráfico de drogas entre México y Estados Unidos reza que los narcóticos viajan hacia el norte, y el dinero, hacia el sur… Hasta ahora. Una investigación de la Drug Enforcement Agency (DEA) a la que tuvo acceso el diario mexicano Excelsior, señaló el pasado cinco de enero que, cada vez en mayores cantidades, narcotraficantes mexicanos están comprando marihuana en Estados Unidos y llevándosela a consumidores de alto poder adquisitivo en su país.
El camino inverso en el tráfico de drogas en la frontera mexicano-estadounidense comenzó hace un año, cuando el cannabis comenzó a ser legal en Colorado, indicó Lawrence Payne, vocero de la DEA, en una declaración concedida a la National Public Radio.
En un reportaje hecho por esta emisora estadounidense, Payne señalaba que dicho tráfico “tenía sentido”, pues “se trata de marihuana de mucha mayor calidad, que adquiere un precio elevado”.
Serían integrantes del denominado “cartel del Pacífico” (mayormente conocido como “cartel de Sinaloa”), quienes estarían detrás de la compra de marihuana medicinal en Colorado y su colocación posterior en México.
Aunque negó disponer de cifras sobre el volumen de cannabis que se trasiega de Estados Unidos a México, Payne señaló que “sabemos que esto está sucediendo, y tiene que ver con la calidad de la marihuana estadounidense”.
En Estados Unidos, la marihuana ya es legal para uso médico en 23 Estados (y para uso recreativo en cuatro, incluyendo Colorado), y esto ha causado una reducción en sus precios para el público. De acuerdo con un narcotraficante citado por el Excelsior, el precio de un kilogramo del estupefaciente ha caído de aproximadamente US$90 a $60.
Según el último informe de la Organización de Estados Americanos sobre tráfico y consumo de drogas en el continente, el mercado de la marihuana en Estados Unidos es aproximadamente de $64 mil millones.
El informe, correspondiente a 2013, indica que en ese país se está produciendo “un rápido incremento” del consumo del estupefaciente, y agrega que es difícil medir el tamaño de la oferta de la marihuana, “que se puede producir en casi cualquier lugar, incluso bajo techo”, comparado con otras drogas, como la cocaína o la heroína, que tienen lugares determinados para la siembra de sus plantas bases (hoja de coca y adormidera).
También, según un informe del Centro de Periodismo Investigativo, al que tuvo acceso Univisión, las organizaciones de narcotraficantes buscan, con cada vez mayor asiduidad, a “personas estadounidenses de clase media-alta”, que tienden a ser menos evaluadas en los controles fronterizos. De hecho, cuatro de cada cinco personas arrestadas por tráfico de drogas en el lado norte de la frontera entre México y Estados Unidos son, precisamente, estadounidenses.
El informe, correspondiente también a 2013, investigó más de 80 mil expedientes de arrestos realizados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, y destacó que casi 80% de esas detenciones fueron de personas con nacionalidad estadounidense.
No es un fenómeno visible
Poco después de que Payne formulara sus declaraciones (y las ratificara en posteriores comentarios a la revista U.S. News and World Report), el portal web www.news.vice.com destacaba que el tráfico de marihuana de EEUU hacia México dista mucho de ser un fenómeno masivo.
“No hemos oído nada sobre eso”, señalaba Tom Gorman, director del programa Área de Alta Intensidad en Tráfico de Drogas (HIDTA), de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas para el área de las montañas Rocallosas. “Sabemos que se está llevando de Colorado a otros Estados, pero no hemos sido capaces de confirmar que está saliendo hacia México”.
A su vez, entre otras opiniones citadas, el sitio web menciona que Seth Crawford, sociólogo de la Universidad de Oregon que investiga el mercado de la marihuana, señaló que la exportación de cannabis estadounidense hacia México carece de sentido económico. Sin embargo, puntualizó: “no me sorprendería que hubiera un pequeño flujo, para consumidores de alto poder adquisitivo”.
Cuando fue consultado por Vice, Payne indicó que existe un solo caso documentado de tráfico de marihuana de Estados Unidos a México, que está siendo analizado. “Cualquier investigador serio del tráfico de drogas toma lo que dice la DEA con un gramo de sal”, señaló Crawford.
A su vez, también citado por el portal web, Mason Twert, vocero del Projecto de Políticas para la Marihuana (MPP), dijo que la DEA, usualmente, realiza declaraciones sin sustento, con el fin de dirigir la opinión pública para mantener la prohibición sobre el estupefaciente. El MPP es un grupo basado en Washington que, según su propia página web, propugna el cambio de la prohibición sobre la marihuana por “un sistema de control y regulación sensible”, para su uso médico.
Organismo con agenda propia
Por su parte, Juan Carlos Hidalgo, investigador del Cato Institute, señaló a PanAm Post que es factible que marihuana procedente de Estados Unidos haya comenzado a consumirse en México, pero hizo la salvedad de que no existen cifras sobre este tráfico.
“Tradicionalmente la marihuana que se produce en México es muy mala, y las técnicas de cultivo han mejorado mucho en Estados Unidos, mediante hidroponía y otros mecanismos”.
Dudó, sin embargo, que la traficada a México tenga que ser específicamente marihuana de Colorado. “En California, el primer cultivo, por su valor en dólares, es el de cannabis, y en ese Estado no es legal la marihuana para usos recreativos”.
Señaló que también es posible que la DEA esté sobrerreaccionando ante, “probablemente, un solo cargamento incautado”.
“Hay que recordar que la Administración de Obama no aprueba la legalización de la marihuana con fines recreativos, y aunque su Departamento de Justicia ha señalado que no se interpondrá en los experimentos de legalización en Colorado, Washington y Oregon, por ejemplo, uno no puede descartar que la DEA, cuya finalidad es, precisamente, impedir el tráfico de drogas, tenga su propia visión sobre el tema”, indicó el investigador.