EnglishRichard Blanco, diputado, es uno de los aliados más cercanos del detenido alcalde mayor de Caracas, Antonio Ledezma, al punto de que compartían oficina (la misma que allanaron más de cien funcionarios el jueves en la tarde) y se encontraba presente en el momento de la detención.

Él mismo sabe lo que es estar preso, pues entre 2009 y 2010 pasó siete meses en Yare, uno de los penales más violentos del sistema carcelario venezolano, acusado de “agresión a la autoridad” en una manifestación que exigía recursos para la Alcaldía Metropolitana.
Era, en aquel momento, prefecto de la capital, segundo cargo en importancia de la ciudad tras el del alcalde. Al salir de la cárcel, la popularidad que le dio su carácter frontal contra el “chavismo” lo convirtió en parlamentario. Ahora queda al frente, también, del partido Alianza Bravo Pueblo, una escisión de la socialdemocracia que fundó, hace nueve años, para competir por la Alcaldía Metropolitana de Caracas junto con el hoy encarcelado alcalde.
¿Se sabe dónde está detenido el alcalde Ledezma?
El alcalde está en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en El Helicoide, Caracas; sobre las 2 de la mañana estuvimos allí, él hizo una llamada telefónica rápida que le permitieron, nos trasladamos hasta el sitio, porque en la sede de plaza Venezuela (donde están las celdas conocidas como “la Tumba”) nunca se nos informó, nadie nos supo informar del paradero de Antonio. Luego la señora Mitzi Capriles de Ledezma, su esposa, y el doctor Omar Estacio, el abogado de Antonio, pudieron entrar. Por supuesto que el momento que está viviendo es muy difícil, porque esta situación fue realmente abrupta, desproporcionada, desconsiderada…
Usted estaba presente cuando se lo llevaron detenido. ¿Cómo fue el procedimiento?
El alcalde fue maltratado, golpeado físicamente, y verbalmente ofendido, al igual que yo, por efectivos del Sebin.
¿Encapuchados, los efectivos?
Sí, muchos de ellos. Arriba, en la oficina que compartimos, podía haber unas 30 personas, destrozaron la oficina. Yo hablé con un comisario, no sé su nombre, los demás agentes le decían “comisario”, y le solicité una orden de allanamiento, que era necesaria para el procedimiento, no solo por razones legales, sino porque esa oficina la compartimos él y yo, y como diputado, yo tengo inmunidad parlamentaria. Su respuesta, cuando le pedimos la orden de allanamiento y la orden de captura de un tribunal, fue “qué bolas (huevos) tienes tu”.
No era necesario golpear al alcalde, como no es necesario golpear a ningún ciudadano, y mucho menos de esta forma desproporcionada. Un ciudadano que está en su oficina, sin armas, cuyo único delito ha sido simplemente plantear las cosas malas que están ocurriendo en Venezuela. Y vaya que están ocurriendo muchísimas cosas malas desde el punto de vista político, económico y social.
Nosotros vamos a mantenernos muy atentos a todo lo que están haciendo con Ledezma, que es además reiterativo. Ahí está Leopoldo (López) preso, están los señores del 11 de abril, los estudiantes…
Viendo las imágenes, uno recuerda la detención, el año pasado, del alcalde Enzo Scarano, quien pasó un año preso…
¡No solo de Scarano! A mí me detuvieron de la misma forma, 60, 70 tíos me sacaron de mi oficina a golpes. ¿Cuál es el irrespeto? Buscaron al alcalde como si fuera el peor criminal de todo el mundo, mientras aquí cada 20 minutos ocurre una muerte violenta. Estos funcionarios deberían estar más bien custodiando la vida de los ciudadanos. El Gobierno venezolano tendrá que explicar, ante el mundo y ante la historia, este tipo de acontecimientos, que conducen a una fuerte molestia por parte de los ciudadanos que creemos en los valores y principios de la democracia.
¿Sabe con precisión qué delitos se le imputan al alcalde?
Conversamos con un fiscal, no recuerdo ahora su nombre, pero no nos dijo cuáles delitos se le imputan. Yo me los imagino: El de alzar su voz, el delito de tener tanques, pero no de guerra sino de agua, que reparte en las barriadas más pobres de Caracas, de tener armas, pero de las que permiten fumigar contra el dengue y la chikungunya; eso es lo que hace el alcalde, trabajar por la ciudad con los recursos que aún no le han quitado. Eso, y pelear porque se cumplan los preceptos constitucionales, por los presos políticos, por la democracia. Nosotros no estamos buscando matar a nadie, ni dar golpes de Estado, pero sí queremos dejarle a nuestros hijos un país completamente distinto.