La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, calificó de “intento de golpe de Estado” el proceso que se sigue en su contra y que busca terminar en un impeachment, para el cual, según la mandataria, “hay una débil base legal”.
Entrevistada por cinco periodistas internacionales, la jefa de Estado de Brasil indicó que “recurrirá a todos los mecanismos legales para dejar claras las características de este golpe”, y agregó que el juez Sergio Moro, que hizo públicas las conversaciones entre Rousseff y el expresidente (ahora ministro en suspenso de la Casa Civil), Lula Da Silva, cometió una ilegalidad: “Usted no puede divulgar esas declaraciones, tiene que enviarlas al Tribunal Supremo Federal, que es el que tiene autoridad para enjuiciarme a mí”, señaló Rousseff.
“Piden que renuncie para evitarse el mal trago de tener que echar de forma ilegal a una presidenta elegida”, señaló la mandataria brasileña, y agregó que “cuando se comienza a cuestionar a los políticos, en Brasil surgen los ‘salvapatrias’” y que ella “duerme muy bien” y no tiene “sentimientos de culpa”.
En tanto, Lula participó el miércoles en un acto de respaldo de sindicalistas brasileños, ratificando que el intento de destitución de Rousseff es, en su opinión, “un intento de golpe de Estado” y que haría como ministro “lo que mejor sé hacer, que es conversar (…) voy a recorrer Brasil (…) los que dicen que estoy contra el combate a la corrupción están engañados. Con lo que no estoy de acuerdo es con que las personas sean condenadas por los titulares de los periódicos antes de ser juzgadas”.
Fuente: El País.