El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva calificó de “inmoral”, el juicio político que se le sigue a su sucesora, la suspendida presidenta Dilma Rousseff; afirmó que “se arrepiente” de los casos de corrupción de su país, y manifestó “sentirse preocupado”, por la situación en Venezuela, aclarando que, salvo por su atención a lo social, el Partido de los Trabajadores “no tiene nada que ver” con el proceso “chavista”.
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Da Silva participó en el programa de Televisión Española (RTVE) Informe Semanal, donde no descartó volver a lanzarse a la presidencia de su país: “Cuando terminé mi mandato, ni la oposición hablaba mal de mí (…) Hay gente que me odia porque los pobres empezaron a viajar en avión, a comprarse carros (…) Porque dije que aunque fuera presidente de todos gobernaría para los más pobres. Eso molestó a algunos”.
Pero agregó que “me arrepiento de los casos de corrupción, me gustaría que no hubieran existido. Las denuncias de corrupción contra el PT manchan mucho al partido. Hay una disposición a criminalizar al PT. El pueblo brasileño sabe que no todo lo que dice la prensa es verdad”.
El exmandatario amazónico indicó que con el juicio a Rousseff “nuestra democracia fue herida de muerte… el impeachment está en la Constitución brasileña, pero es inmoral aplicárselo a la presidenta Dilma”.
Y agregó que en relación con la “revolución bolivariana”, “en lo único que coincidimos es en tener una actuación preferencial para cuidar de los pobres. Estoy preocupado por Venezuela, tuve una relación muy estrecha con (Hugo) Chávez (…) Pero no tenemos nada que ver, el Partido de los Trabajadores es una experiencia única en el mundo”. De esta forma, tomó distancia del actual Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.