Es una de las voces más frontales contra el gobierno de Nicolás Maduro. Tanto, que la golpiza que recibió el pasado 5 de Julio, cuando la Asamblea Nacional fue asaltada por las hordas del chavismo, lo mandó al hospital.
Pero Américo De Grazia, dos veces alcalde de su estado, Bolívar, al sur del país, y ahora diputado por esa misma región, ya está reincorporado y peleando por la Consulta Popular que se llevará a cabo este domingo, para retar a un Gobierno forajido.
De Grazia conversó con PanAm Post sobre los próximos días, y qué espera cómo diputado de ellos, y qué debe hacer la oposición para consolidar la obvia ventaja política que tiene en este momento.
¿Cómo se encuentra de salud luego de haber sido agredido en la Asamblea Nacional?
Mejorando. Con dolores, pero mejorando, y con muchas ganas de trabajar por Venezuela. Ya estoy plenamente reincorporado a mis funciones.
Tras el incidente del 5 de Julio, hubo un nuevo incidente este martes: La sesión parlamentaria no se pudo realizar porque el mismo coronel Bladimir Lugo lo impidió. ¿Cómo pondera esa situación?
Nuestra propuesta al resto de los compañeros es que estemos conscientes de que estamos en una narcodictadura, y en consecuencia de ello debemos actuar; y si no podemos sesionar dentro del hemiciclo donde se supone que reposa el poder Legislativo, tenemos que ingeniárnoslas, dentro de los artículos 333 y 350 de la Constitución, para sesionar dónde y cuándo sea posible. Vale decir, el ingenio, la creatividad, y lo inédito para sesionar. Eso no puede ser impedimento para que la Asamblea Nacional se reúna y sesione en los próximos días y horas, que son cruciales para el país.
En esos días y horas cruciales, ¿cuál es la agenda legislativa que debe estar resuelta entre el 16 y el 30 de julio?
Para los efectos nuestros, el 16 de julio es una fecha crucial; porque es un plebiscito popular, al margen de los poderes fácticos, secuestrados por la dictadura, de los poderes que rompieron el hilo constitucional (no solamente el Ejecutivo, también el Judicial y en este caso el poder Electoral, que violaron la Constitución y se pusieron de espaldas al país). En consecuencia, para nosotros el plebiscito del 16 tiene un valor insuperable en este momento.
Luego del 16, nosotros, en la agenda parlamentaria, debemos actuar en consecuencia. No tengo ninguna duda en relación con los resultados de este domingo, cuando los venezolanos den tres sí contundentes; en consecuencia, la Asamblea Nacional tiene que nombrar nuevos poderes: Un nuevo Tribunal Supremo de Justicia, un nuevo Consejo Nacional Electoral y un Gobierno de emergencia y unidad nacional.
Que van a ser paralelos al Gobierno fáctico, eso lo sabemos: Pero que es el camino inédito que nos toca transitar, como fue inédito el 5 de Julio de 1811, cuando 44 venezolanos, todos civiles, decidieron desafiar a la corona española y sin autorización de Fernando VII decidieron formar una república. Hoy somos república gracias a ese paso independentista.
La Eurocámara desconocerá la Asamblea Nacional Constituyente que está promoviendo Maduro. ¿Esperan que parte de la comunidad internacional, por contrario, reconozca los resultados de este domingo?
La comunidad internacional va a estar muy pendiente de lo que el pueblo venezolano decida, e incluso, tenemos más de un millón y medio de venezolanos en el exterior ejerciendo el rol de embajadores voluntarios de toda Venezuela. De modo que yo no tengo duda, de que con la calle y la voluntad popular le doblamos la mano al Gobierno en Venezuela, también se lo hemos doblegado a nivel internacional, y lo que nos toca es presionar como país, como ciudadanos, para que tengamos más temprano que tarde una nueva república y un nuevo país, una nueva democracia y conquistemos la libertad.
Obviamente, el Gobierno desconocerá los resultados de este domingo y califica el proceso de golpe de Estado, señalando que castigará a los que lo promueven cuando tenga la Asamblea Constituyente. ¿Cómo observan ustedes esta amenaza y los próximos días en Venezuela?
La respuesta es una sola: Maduro está derrotado políticamente, sin pueblo. Todas sus apariciones son en teatros, en espacios cerrados. No puede hacer un acto público en la calle, no puede convocar movilizaciones ni siquiera con sus mercenarios, ni con tarifados ni con pagados. Ya ni siquiera esos le obedecen, tiene un partido fracturado, tiene la Fiscalía en contra, la Asamblea Nacional, la comunidad internacional y perdió legitimidad electoral.
Quien dio el golpe de Estado fue Maduro, y hoy tiene que atenerse a las consecuencias, porque los venezolanos vamos a reponer la constitucionalidad y la vamos a reponer de manera inédita, desde la calle. Esto no se parece a ningún otro escenario planteado a nivel mundial, y eso hace nuestra experiencia única. Ningún venezolano está jugando a ser héroe ni a que se le levante un monumento. Lo único que estamos pidiendo es libertad, que se restituya el orden y que haya paz, armonía, trabajo, estabilidad económica, para poder valernos por nuestros propios medios y romper con la cultura rentista petrolera, que tanto daño nos ha hecho como sociedad.
El domingo 9, el autodenominado “chavismo democrático”, reconocía la validez de la consulta, pero pedía la reformulación de las preguntas. Aunque ya parece tarde para eso, ¿se han mantenido los contactos con ese grupo? ¿Existe la representación de ese chavismo disidente en la Asamblea Nacional, algo que se ha rumorado mucho?
Todos en Venezuela somos necesarios. El chavismo disidente es un factor importantísimo en la historia que estamos escribiendo, y la respuesta no puede ser de arrogancia. Ojalá ellos terminen de entender que esto ya no es un problema de izquierda o de derecha, de impolutos versus demonios, sino que es un tema en el que todos los venezolanos necesitamos ponernos de acuerdo en una agenda mínima, y la agenda mínima hoy está en la salida de la narcodictadura.
Ese es el primer elemento para luego sentar las bases de lo que puede ser la nueva república y un nuevo concepto de país. Pero también hay que decir que las preguntas ya están formuladas, ya están distribuidas y el pueblo las conoce, ya las contestó en el “triple Sí”. Los contactos con ellos, las conversaciones, se siguen dando. Tampoco es que el chavismo disidente es un grupo homogéneo; ellos tienen diferencias a lo interno, diferencias que nosotros por supuesto respetamos y valoramos, pero estamos avanzando, y espero que ellos se monten en el autobús de la historia.
El chavismo es heterogéneo, pero la oposición también. Y estamos viendo como la casa de Leopoldo López se ha convertido en un polo del poder en Venezuela. ¿Es López el líder de la oposición? ¿Son las negociaciones colectivas, o hay diversos grupos negociando?
La oposición no es un cuartel, tenemos distintas ópticas, y eso no es malo. El sentido común se va a imponer. Leopoldo López es un factor importantísimo dentro de la oposición, invalorable; tenemos otros liderazgos, como el de Henrique Capriles, y otros tantos. No obstante, estamos tratando en el G9, los partidos más importantes de la oposición, de tener una agenda común con una estrategia común, que se estará debatiendo en las próximas horas; nadie por cuenta propia tiene carta blanca para actuar por sí solo. Necesitamos actuar en bloque y eso lo sabe Leopoldo, lo sabe Capriles, y lo sabe el G9. Y el pueblo venezolano también está consciente, de forma muy madura, muy adulta, muy cívica, de la responsabilidad que tenemos en este momento.
Prácticamente toda la comunidad internacional está llamando a una negociación en Venezuela. Las condiciones de esa negociación están muy claras: Que el Gobierno cumpla los acuerdos que suscribió en octubre, y que retire su propuesta constituyente. Si el Gobierno cumpliera esas condiciones, ¿volverían ustedes a una negociación?
Las conversaciones y las negociaciones en el mundo político son una realidad. Lo que puedo decir es que en este momento nosotros tenemos la ventaja. Cualquier adelanto en relación con este tema se tiene que hacer con razón, sin excesos y con ventaja. Estas tres están a favor del pueblo venezolano, y nosotros pretendemos que esto sea suficientemente sabio para poder adelantar una salida sabia y salomónica y correcta en esta dirección.
Avalamos que la estrategia tiene que ser común y el G9 tiene prohibido volver a equivocarse como se equivocó en la ocasión del diálogo anterior. Y tenemos que seguir con la presión de la calle y nuestra propia agenda, que es la del 16. Al único que le corresponde retroceder, en este momento, es al régimen. Que bajen las armas, que liberen a los presos políticos, que cesen con la Constituyente, que aunque llegaran a materializarla, está derrotada, éticamente, políticamente y moralmente. No podrán actuar porque están desmoralizados.
A nosotros nos corresponde, después del paso del 16, boicotear, así por la calle del medio. Ya no sirven grises. Con un trancazo, el más grande que se recuerde. No van a tener posibilidades de salir felices a la calle. Van a tener que ocuparse de un pueblo que está en rebeldía, en desobediencia civil.
Dijo que “el objetivo común de todos los demócratas es la salida de la dictadura”. ¿Lo ve cercano o lejano?
No se pueden poner fechas. Yo quisiera que hubiera sido ayer. Cuando hemos puesto plazos a estas cosas no nos han salido. Como se dice en beisbol, el juego se termina cuando se acaba. Pero tengan por seguro que lo estamos ganando.