
EnglishEl trabajo conjunto de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público, resultó en el arresto de 21 integrantes de una banda dedicada a la defraudación aduanera, entre quienes se encontraban antiguos y actuales funcionarios de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Las autoridades informaron el jueves 16 de abril sobre la detención de Carlos Muñoz, ex superintendente de la SAT; y Omar Franco, el actual jefe del organismo, integrantes de una estructura supuestamente liderada por Juan Carlos Monzón, secretario privado de la vicepresidenta del país, Roxana Baldetti.
La noticia se conoció un día después de que el presidente de Guatemala, Otto Perez Molina, respaldara la gestión de Franco frente a la SAT, pese a que no logró sus metas de recaudación fiscal y se mantuvo con un déficit de más de GUA$170 millones (unos US$22 millones).
Iván Velásquez, comisionado de la Cicig, explicó en una conferencia de prensa que la estructura, dedicada al contrabando y defraudación aduanera, incluía a personas ajenas al organismo, así como también altos mandos y medios, quienes a partir de ajustes irregulares de impuestos, lograban simular el ingreso de mercancías al país. Aún se desconoce el monto que este grupo logró obtener por medio de sobornos.
Entre mayo de 2014 y febrero de 2015, los detenidos lograron pasar alrededor de 500 contenedores por las aduanas guatemaltecas.
Una compleja estructura criminal
La operación criminal, a través de un ajuste aduanal, permitía que los importadores pagaran impuestos menores a los establecidos. Estos, a cambio, debían otorgar un soborno al grupo.
La banda mantenía un sistema muy bien estructurado para lograr sus objetivos. De acuerdo con la investigación realizada, quienes necesitaban de estos “servicios” eran contactados por un grupo de tramitadores. Ellos les facilitaban un número telefónico denominado “La Línea”. Allí comenzaba todo.
“La Línea”, según la investigación, utilizaba un método ya establecido para reajustar el impuesto: el pago disminuía y el grupo, a cambio, recibía un soborno. Luego era liberada la mercancía para que ingresara al país. Esto representó una pérdida, además, de al menos el 60% de los tributos entre 2014 y 2015. Los criminales, por otro lado, cobraban entre GUA$20.000 (US$2.600) y GUA$1oo.000 (US$13.000) por autorizar el ingreso.
El grupo estaba conformado, además, por Francisco Javier Ortiz Arriaga, alias “teniente Jérez”, quien en los 90 integró el grupo Red Morena, el cual también se dedicaba a la defraudación aduanera.
Los integrantes de “La Línea” se reunían en la tienda de ropa “Boutique Emilio”, propiedad de Luis Mendizabal, involucrado en la muerte del abogado Rodrigo Rosenberg en 2009.
La investigación
Para lograr las capturas, durante la investigación, la Cicig y el MP interceptaron más de 60.000 llamadas telefónicas y al menos 6.000 comunicaciones electrónicas. Asimismo, se realizó una investigación de al menos ocho meses, para la cual se obtuvieron, además, diferentes documentos y fotografías.
En las grabaciones presentadas ante el juzgado salieron a relucir dos nombres, “el presidente” y “la señora”, cuyas identidades aún se desconocen. No obstante, según el tono y las conversaciones en las que se referían a ellos, tenían autoridad sobre la estructura.
Vicepresidenta, ¿involucrada?
El líder del grupo es Juan Carlos Monzón, un personaje que en el pasado ha sido acusado de otros delitos; en los 90 fue parte de una banda dedicada al robo de carros. Pero él, asimismo, es la mano derecha de Roxana Baldetti, la vicepresidenta de Guatemala, quien negó cualquier vinculación con el caso y afirmó que desconoce su paradero.

Cuando se giraron las órdenes de captura, Monzón se encontraba con Baldetti en Corea del Sur. Ella viajó allí para recibir un doctorado honoris causa por su “labor social”. En una conferencia de prensa, el presidente Otto Pérez Molina explicó, en referencia al caso, que su compañera habría destituido de su cargo al presunto líder de “La Línea”. No obstante, este no volvió al país; razón por la cual la Interpol difundió una orden solicitando su detención.
Al ser una persona allegada a la vicemandataria, varios analistas han asegurado que sería imposible que ella no tuviera conocimiento alguno de las actividades ilícitas que llevaba adelante su secretario privado.
Y el hermetismo de Baldetti durante su estadía en Corea del Sur mantuvo a casi todo el país pendiente de sus declaraciones. Por eso, cuando volvió a Guatemala, fue cuestionada fuertemente por los periodistas en la conferencia de prensa que brindó.
Ella, nerviosa, no supo responder con claridad cuando se le cuestionó. Incluso, fue incapaz de “recordar” la hora y el vuelo de su regreso. Respecto al pasado de Monzón y el porqué trabaja con ella, dijo no había creído las acusaciones en su contra.
Finalmente, Baldetti salió furiosa de la sala, ante la insistencia de las preguntas que no pudo responder.
Una renuncia “esperada-inesperada”
Mientras esto sucedía, Alejandro Sinibaldi, quien era el candidato a la Presidencia en las próximas elecciones —que se celebrarán este año— por el oficialista Partido Patriota (PP), decidió renunciar. Y acusó a la vicepresidenta de su partida.
Los rumores sobre un conflicto entre Sinibaldi y Baldetti aumentaban cada vez más, pero este domingo fueron confirmados. Sinibaldi afirmó, durante una conferencia de prensa, que ella había bloqueado su candidatura. Expresó, además, que cuando él convocaba a actividades, Baldetti pedía a miembros del PP que no asistieran a estas.
Cuando se cuestionó a la vicemandataria respecto a estas declaraciones, ella aseguró que no sabía porqué Sinibaldi está “tan enojado” con ella.
#RenunciaYa
Los ciudadanos guatemaltecos estamos despiertos. Ya no más mentiras, engaños ni corrupción. Alzamos la voz para decir: #RenunciaYa
— Mafer Gallegos (@Mafersita8) April 19, 2015
Luego de que se conocieran los resultados de las investigaciones, los cuales demostraron una lamentable situación de corrupción dentro del Estado de Guatemala, se convocó a una marcha pacífica para exigir la renuncia de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. La misma se realizará el próximo sábado en la ciudad capital y en Quetzaltenango.
Editado por Adam Dubove.