EnglishEste lunes el presidente cubano Raúl Castro organizó una cumbre sobre la crisis del ébola para las naciones de la Alianza Bolivariana (ALBA), con el fin de coordinar un esfuerzo multilateral de contención a la enfermedad y enviar nueva ayuda a los países afectados en África.
Castro sostuvo que si el virus del Ébola no se pone bajo control rápidamente, podría convertirse en una de las pandemias más graves de la humanidad. Exhortó una respuesta internacional conjunta para detener la propagación de la enfermedad, y pidió a otras naciones sumarse al esfuerzo sin importar la tendencia ideológica.
“Debemos evitar cualquier polarización sobre este gran problema, o corremos el riesgo de perder de vista el objetivo principal, que es contener esta epidemia”, dijo Castro. “Cuba está dispuesta a trabajar codo con codo con todos los países, incluyendo Estados Unidos”.
En la línea de la Organización Mundial de la Salud, Castro calificó a la enfermedad como una “emergencia de salud pública” y pidió a los países del ALBA coordinar rápidamente todo los recursos materiales y humanos necesarios para diagnosticar y aislar los casos sospechosos de Ébola.
Castro también aprovechó la oportunidad durante la cumbre en La Habana para anunciar su compromiso de enviar a 300 trabajadores médicos cubanos a países plagados por el Ébola, que saldrían este martes rumbo a África occidental. Estos se sumarán a los 156 trabajadores médicos cubanos ya enviados a Sierra Leona en septiembre de este año.
Además de organizaciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud de la ONU, a la cumbre asistieron los presidentes de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Haití (un invitado que no forma parte del ALBA). Funcionarios de alto rango también fueron de Santa Lucía, San Vicente, Granada, Ecuador, Dominica, y Antigua y Barbuda.
Todas las naciones participantes trabajaron para establecer el marco de una campaña pública de concienciación, un aumento de la investigación científica sobre el Ébola, y refuerzos en la seguridad de los puntos de entrada y salida de sus países. Siguiendo el espíritu de colaboración internacional, los participantes también se comprometieron a compartir información y brindar transparencia en las investigaciones, como se indica en la “Declaración de la Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP sobre el Ébola” publicada en el diario estatal cubano Granma.
Todavía no hay ningún caso de Ébola reportado en América Latina o en el Caribe, pero se sabe que el virus ha alcanzado tanto Estados Unidos como España. En los países africanos Liberia, Sierra Leona y Guinea, la enfermedad se ha cobrado más de 4.500 vidas desde marzo, en el peor brote del Ébola del que se tiene registro.
¿Una ofrenda de paz de los hermanos Castro?
Además del abierto llamado a colaborar de Raúl a Estados Unidos, el expresidente cubano Fidel Castro publicó un editorial en Granma titulado “La hora del deber“. Afirmó que “Gustosamente cooperaremos con el personal norteamericano en esa tarea, y no en búsqueda de la paz entre los dos Estados que han sido adversarios durante tantos años sino, en cualquier caso, por la Paz para el Mundo, un objetivo que puede y debe intentarse”.
El artículo de Castro luego explica que Cuba y los “pueblos hermanos” de América Latina y el Caribe estarán mejor protegidos de la propagación transfronteriza del Ébola a través de la acción multilateral coordinada de contención del virus.
Muchos países de América Latina y el Caribe están poco preparados para manejar una enfermedad tan infecciosa, como lo demuestra el brote de Chikungunya en Nicaragua y Venezuela, y la actual epidemia de dengue en Honduras. Los países en desarrollo cuentan con precarios centros de atención médica y personal poco calificado, lo que propicia la propagación del virus.
Como lo dijo el secretario nacional del Directorio Democrático Cubano, Orlando Gutiérrez-Boronat, “regímenes como Cuba y Venezuela, cuyos sistemas de salud pública están en terribles condiciones, son más susceptibles al Ébola, mientras que los países democráticos, como Costa Rica, Panamá o Colombia tienen un buen sistema sanitario y pueden enfrentar mejor un brote del Ébola”.
Hasta el momento, los hermanos Castro han enmarcado el compromiso de Cuba con la lucha contra el Ébola en términos de salud pública y ayuda humanitaria. Sin embargo, Gutiérrez-Boronat afirma que existen fuertes motivaciones políticas detrás de esta movida.
“El régimen de los Castro se ha comprometido con la campaña contra el Ébola con el objetivo político de romper su aislamiento internacional y que Estados Unidos levante las sanciones económicas… los médicos cubanos trabajarán en condiciones muy injustas y difíciles [para lograrlo]”.
Aunque el Gobierno de Obama aún no ha emitido una respuesta oficial a la bandera blanca de los Castro, el secretario de Estado John Kerry aplaudió el esfuerzo de Cuba para combatir la enfermedad el viernes pasado, reconociendo el “coraje de cualquier trabajador de la salud que tomó este desafío”.
El liderazgo de Cuba en este asunto ha suscitado asimismo el debate público en Estados Unidos. La junta editorial de The New York Times publicó recientemente un artículo que elogiaba el compromiso de Cuba con la lucha contra el Ébola y pedía el fin del embargo comercial impuesto por Estados Unidos —pedido que fue contestado inmediatamente por la junta editorial del Washington Post.