EnglishEl polvo se ha asentado luego de la agitada noche electoral en Estados Unidos que le otorgó al Partido Republicano la mayoría en el Senado, y reforzó su dominio de la Cámara de Representantes. Aunque todavía faltan por decidir algunos lugares en el Senado, los resultados generales pueden afirmarse sin dejar lugar a dudas.
Como están las cosas, los Republicanos tendrán 52 bancas en el Senado, mientras que los Demócratas solo alcanzarán 45. Se necesitan 51 votos para asegurar una mayoría. Tres bancas correspondientes a los Estados de Louisiana, Alaska y Virgina aún esperan su dueño, que será decidido en una segunda vuelta en diciembre. Los resultados de las elecciones del martes marcan un dramático cambio de rumbo en la gobernabilidad, ya que los Demócratas han cedido el control que mantenían en la cámara alta del Congreso desde 2006.
El desenlace de las elecciones dejan al presidente estadounidense Barack Obama frente a una mayoría opositora tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado por primera vez durante su presidencia. Cuando el nuevo Congreso asuma en enero, el Gobierno de Obama deberá batallar cuesta arriba sobre asuntos polémicos como la reforma migratoria y la política energética, mientras que se espera que los Republicanos presionen al presidente para que apruebe el oleoducto Keystone XL que unirá a Canadá con Estados Unidos.
El rechazo a los Demócratas a nivel nacional ocurre cuando los índices de aprobación de Obama oscilan alrededor del 40%, con menos de un tercio de los votantes que creen que el país está encaminado en la dirección correcta. Los Republicanos lograron un éxito generalizado al equiparar a sus oponentes con el presidente, mientras que los Demócratas intentaron distanciarse del Ejecutivo.
“Esta elección no fue acerca de mí o mi oponente”, dijo el Republicano Mitch McConnell ante un salón lleno de seguidores en Louisville, Kentucky, el martes por la noche. “Fue sobre un Gobierno en el que la gente ya no confía”. El veterano senador por Kentucky podría convertirse en enero en el nuevo líder de la mayoría en el Senado, en reemplazo del senador Demócrata Harry Reid.
Los Republicanos lograron victorias en casi todos los comicios más disputados, desbancando a Demócratas en los Estados de Montana, Arkansas, Carolina del Norte y Colorado. El Partido Republicano, además, ocupará las gobernaciones en Arkansas, Illinois, Maryland y Massachusetts.
Ascenso libertario en Carolina del Norte
Entre las derrotas más duras de los Demócratas este martes está Carolina del Norte. Allí, el presidente de la Cámara de Representantes estatal, Thom Tillis, derrotó por un pequeño margen a la senadora Kay Hagan. Este resultado en este Estado es notorio por sí mismo, pero una atención similar recibió el candidato del Partido Libertario Sean Haugh.
Político de día y repartidor de pizzas por la noche, Haugh ha competido en seis elecciones, culminando sus participaciones con una postulación al Senado en 2002 antes de aparentemente retirarse de la política en 2010. El veterano político, sin embargo, regresó a la batalla electoral en 2014, en gran parte porque no se sintió convencido para votar por las soluciones que ofrecían los dos partidos tradicionales.
El foco principal de la campaña de Haugh para este ciclo electoral fue la abolición de las guerras y la deuda, dos temas en los que el Libertario considera que los Demócratas y Republicanos han avanzado poco. Haugh aboga con vehemencia por terminar con las intervenciones militares internacionales, la asistencia militar en el extranjero, y la militarización de las fuerzas policiales domésticas, al mismo tiempo que propone comerciar de manera libre y sin restricciones con todos los países.
“Es una pena que las cosas se tengan que poner tan mal para que la gente empiece a mirar otra opción”, confesó Haugh al PanAm Post el martes por la noche. “Solo pensamos en una alternativa cuando nos damos cuenta de que el ciclo de guerras y deudas es interminable”.
Haugh optó por un sendero alternativo, eligiendo difundir sus mensajes a través de las redes sociales en desmedro de los métodos de campaña tradicionales.
Aunque el candidato Libertario recibió solo el 4% de los votos en Carolina del Norte, su aumento en popularidad demuestra que los votantes desencantados están abiertos a considerar una alternativa al tradicional sistema bipartidista.
“Enviamos a los Demócratas y Republicanos un mensaje de que hay un grupo de votantes que están dispuestos a luchar por la paz”, dijo Haugh. “El movimiento ha logrado un gran impulso en los últimos años, y es un placer ser parte de él”, agregó.
Landrieu cae en Luisiana
A pesar de mantener una leve ventaja sobre el aspirante Republicano Bill Cassidy, la Demócrata de Louisiana Mary Landrieu no alcanzó el 50% de los votos y ahora deberá luchar en una segunda vuelta en diciembre. La senadora Demócrata, una ferviente defensora del presidente, aventajó a Cassidy por un punto porcentual: obtuvo un 42% de los votos en una elección marcado por la fuerte presencia de otro candidato Republicano, Rob Maness.
La popularidad de Landrieu sufrió una caída tras sus comentarios recientes sobre cuestiones de raza y género, y su persistente apoyo a las políticas de Obama. Landrieu facilitó con su voto la aprobación de la polémica reforma de salud impulsada por Obama, y una encuesta de la Universidad de Nueva Orleans indica que la aprobación presidencial en Luisiana se ubica en un 38%.
“Los historiales de votos de exsenadores Demócratas por Louisiana, como John Breaux, han demostrado su independencia y conciencia por las prioridades de este Estado”, dijo Chad Rogers, editor de Dead Pelican, un sitio local de noticias políticas. “El historial de votos de Mary Landrieu en los últimos años nos muestra un partidismo ciego: ha apoyado la totalidad de los 185 proyectos de ley firmados por el presidente”.
Los oponentes de Landrieu la han acusado también de ser influida por cabilderos, particularmente en relación a las sanciones propuestas contra funcionarios del Gobierno venezolano. Este año, congeló la Ley por la Defensa de los Derechos Humanos y Sociedad Civil en Venezuela de 2014, que habría permitido imponer sanciones dirigidas contra altos funcionarios venezolanos por la represión violenta de las manifestaciones opositoras.
Landrieu alegó preocupaciones económicas como la razón para archivar el proyecto, afirmando que la refinería de Citgo en Lake Charles, Luisiana, se hubiese visto afectada. Mantuvo su posición incluso después de que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado le asegurara que “no había necesidad de preocuparse por ninguna consecuencia para las refinerías en Luisiana”.
Las campañas de Cassidy y Maness sugieren, sin embargo, que Landrieu bloqueó las sanciones a pedido de Citgo, una subsidiaria de la petrolera estatal venezolana. De acuerdo con el Center for Responsive Politics, los cabilderos de Citgo aportaron más de US$75,000 a la campaña de Landrieu.