El 2017 está comenzando y es un buen momento para recargar energías, analizar los resultados que se han alcanzado y comprometerse con propósitos para enmendar el camino en aquellos aspectos en los que hemos fallado.
El año comienza para México en un entorno de incertidumbre económica y un descontento generalizado hacia los gobiernos y la clase política que se ven plenamente reflejados en el asunto del drástico aumento al precio de los hidrocarburos en el país, sin embargo, este no es el único asunto en el que como mexicanos debemos poner atención.
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A continuación, se muestra una lista de 10 asuntos que son impostergables para que el desarrollo y progreso de nuestro país no se vean afectados por el inestable entorno social y macroeconómico que se vive en el mundo en general.
1.- NO CAER EN EL JUEGO DE TRUMP: los Estados Unidos de América son y seguirán siendo el principal socio comercial de México y no debemos permitir que las relaciones que hemos mantenido con nuestro vecino del Norte se vean interrumpidas por la presencia de un político como Trump.
Si bien es probable que ya como presidente su discurso proteccionista y de odio como candidato pase a segundo plano y/o que encuentre una férrea oposición a este tipo de medidas del parte del poder legislativo, debemos saber que ambos países tenemos mucho que perder si no entendemos la magnitud del problema. No estamos hablando de orgullo nacional ni patriotismo, estamos hablando de empleos, de vidas, de gente que puede perderlo todo, así que seamos sensatos.
2.- FOMENTAR EL EMPRENDIMIENTO: tenemos que dejar de percibir a los empresarios como gente “mala” que busca enriquecerse a costa de los demás. Cuando hablamos de emprendimiento en México no hablamos de las grandes transnacionales, sino del taquero, del de la tiendita, y en general del pequeño empresario que está buscando formas de sacar adelante a su familia.
Tenemos que revalorar el trabajo de los empresarios y fomentarlo como la mejor alternativa para poder generar riqueza y bienestar.
3.- APOSTARLE A LA EDUCACIÓN PRODUCTIVA: está claro que la educación es un tema central para el desarrollo de cualquier país, sin embargo, en México parece que no hemos entendido el porqué de esto. Necesitamos educación de calidad en temas productivos, necesitamos más ingenieros y gente capaz de buscar soluciones prácticas que ayuden a incrementar el nivel de vida de los ciudadanos.
En México la Educación Pública es un monopolio estatal que controla los programas incluso de las instituciones privadas, que nos cuesta muy caro, ya que la mayor parte de su presupuesto se pierde en burocracia, corrupción y el desarrollo de programas educativos de mala calidad y que lejos están de fomentar la productividad.
4.- DEJAR DE CREER EN POLÍTICOS: existe un sector de la población que, si bien está decreciendo, sigue siendo muy grande y que sigue esperando la llegada de algún “político bueno” que corrija los grandes problemas de este país. Está demostrado que, en mayor o menor medida, los políticos siempre ven por sus intereses propios y los de su partido.
Dejemos de creer que el cambio vendrá de parte de aquellos individuos que han decidido incursionar en el servicio público y comencemos a escribir una agenda basada en la libertad individual y la corresponsabilidad voluntaria.
5.- ENTENDER EL VERDADERO PROBLEMA DEL NARCOTRAFICO: este sigue siendo quizá el problema más sensible de todos a los que nos enfrentamos como nación. Hablar del narcotráfico en México es hablar de vidas inocentes perdidas, de civiles forzados a incursionar en el crimen, de un entorno violencia que está generando que generaciones completas la perciban como algo natural.
Las grandes potencias del mundo están entendiendo que luchar contra el narcotráfico frontalmente es una batalla perdida de antemano, en México es hora de hablar de la legalización en serio.
6.- SABER QUE PEMEX ES ASUNTO DEL PASADO: no podemos seguir aferrándonos al siglo XX. Pemex está agonizando y con ella el absoluto monopolio estatal que reino en la materia por más de 70 años. No hay vuelta atrás, celebremos la inversión privada y la competencia, pero sobre todo miremos al futuro: las energías renovables y sostenibles son la verdadera respuesta.
7.- EVITAR DEPENDER DEL GOBIERNO: la popular idea de que el Estado debe ser el encargado de ver por los más necesitados y de proveer absolutamente de todas las necesidades básicas de los mexicanos se ve reflejada en ineficiencia, corrupción y altos niveles tributarios.
Los programas de beneficencia social no son más que semilleros de corrupción y clientelismo político, por lo que exigir su desaparición acompañada de una significativa reducción en la carga tributaria entendiendo los beneficios que esto traería para la economía doméstica sería un excelente punto a tratar en la agenda económica del 2017.
8.- DECIRLE NO AL POPULISMO Y LA DEMAGOGIA: cuando las cosas van mal siempre aparecen líderes carismáticos que aseguran tener la solución a todos nuestros problemas, como si se tratará de un asunto sencillo y de planificación central y no un complejo entorno macroeconómico. Seamos lo suficientemente inteligentes para identificarlos, al final son este tipo de personajes son la verdadera causa de estos problemas.
9.- RUMBO AL 2018, SER SENSATOS: aunque aún falta tiempo para elegir a un nuevo presidente, es necesario comprender que lo que se juega es mucho. Analicemos las propuestas y el cómo dicen que lo lograrán, su historial y su credibilidad. No nos dejemos engañar por discursos sentimentalistas y nacionalistas que distan mucho de ser lo que este país necesita.
El socialismo y el estatismo jamás serán el camino a seguir para una nación que apuesta por el progreso y el desarrollo.
- TENER METAS INDIVIDUALES: al final, esa trillada frase de que el cambio está en uno mismo es real. Si todos tuviéramos metas y sueños que nos motivarán a despertar cada día con el propósito de ser mejores y más productivos, eventualmente se vería reflejado en un país con mayor libertad, mayor armonía y una mejor calidad de vida.
Que el 2017 sea el comienzo del camino hacia la libertad y el desarrollo para México depende de todos.