La Organización Mundial de Comercio (OMC) falló este martes a favor de varios reclamos realizados por la Argentina, contra los aranceles impuestos por la Unión Europea sobre sus importaciones de biodiésel.
La decisión de la OMC también señala que la regulación de la Unión Europea no viola sus normas.
El fallo de la OMC impulsará la industria argentina de biocombustibles, la cual sufrió un duro golpe a partir de las restricciones impuestas en el 2012 por el bloque.
“Este fallo representa el primer paso hacia la reapertura del mercado europeo para el biodiesel argentino. Este logro demuestra la eficacia de la coordinación de esfuerzos entre el gobierno y el sector privado, y la férrea decisión de la Cancillería argentina de procurar, a través de todos los mecanismos disponibles, el acceso a los mercados internacionales de los productos argentinos, como instrumento de desarrollo nacional”, señaló la cancillería argentina en declaraciones divulgadas por ámbito.com.
Víctor Castro, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), señaló a ámbito.com que el fallo es muy positivo para el país, debido a que la OMC insta a la Unión Europea “a que se ajuste a derecho” y revise los márgenes de producción que había asignado a las empresas exportadoras ya que “no se ajustaban a la realidad de la industria argentina”.
Por su parte, desde noviembre de 2013 la Unión Europea aplica un impuesto de importación promedio de 24,6% al biodiésel de Argentina.
El tribunal que arbitró el conflicto consideró que el bloque europeo no había respetado las normas. El organismo internacional recomendó a la UE “tomar las medidas para conformarse con las normas del comercio internacional”.
Ahora se espera la apelación de la medida por parte de la UE. “Recién a fines de año podría haber una resolución del conflicto”, estimó Víctor Castro.
La crisis con la UE comenzó en 2012 cuando España, que importaba la mitad del biodiesel argentino, dejó de comprar este combustible en represalia a la decisión del gobierno de la expresidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de nacionalizar YPF, controlada entonces por Repsol, y para sostener una industria europea de biocombustibles con capacidad ociosa.