
EnglishLa primera casa mundial de fabricación de billetes, monedas y papel, De La Rue, con sede en Inglaterra, le exigió al Banco Central de Venezuela (BCV) el pago de US$ 262.647.997 por concepto de impresión de billetes, papel de pasaporte, entre otros bienes.
En una carta dirigida al director del BCV, José Khan, del 8 de marzo de 2016, la directora de De La Rue, Ruth Euling, señaló que por ser compañía pública listada en la bolsa de Londres, la institución que representa tiene la obligación de declarar oportunamente su posición financiera “si en cualquier momento se desvía de las expectativas”.
Asimismo, indicó que De La Rue está obligada a publicar sus estados financieros detallados al cierre de su año fiscal que es el 24 de marzo de 2016.
“Si llega a ser evidente la posibilidad de no recibir un pago antes de esta fecha, esto impactaría nuestra posición financiera y estaríamos bajo la obligación de informar a nuestros accionistas y las autoridades que regulan la bolsa de Londres por medio de un anuncio público”, detalló en la carta Euling.
“Es por ello que deseamos expresar nuestra profunda preocupación respecto a la deuda actual que tiene el BCV con De La Rue, y la serias consecuencias que podría tener para ambas instituciones si se dejan sin resolver por más tiempo”, dijo.
Para solventar la situación lo antes posible, y no tener problemas en su estado financiero, De La Rue propuso al BCV subsanar una deuda pendiente de $71.421.039 antes del 24 de marzo de 2016.
Asimismo, propuso “cerrar las garantías por el monto de $97.626.958 actualmente abiertas correspondientes a contratos de suministro de billetes y papel para pasaporte, los cuales ya se han entregado y aceptado de acuerdo a los contratos respectivos”.
Solicitó al BCV acordar términos de contratación para futuras licitaciones “para asegurar que ninguna de las partes se encuentre en una situación similar para nuevos proyectos”.
Se desconoce si el BCV honró la deuda con De La Rue antes del 24 de marzo, pero su incumplimiento en el pago de manera regular es una muestra de la crisis en la que están sumidas todas las instituciones venezolanas en las que interviene el actual Gobierno, manteniendo deudas millonarias con sus proveedores por la falta de dólares.
Fuente: El Informador, La Patilla.