Representantes de centrales obreras, movimientos sociales, de izquierda y agrupaciones de derechos humanos de todo el país se congregaron este viernes 2 de septiembre en la Plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno, para protestar en contra del aumento en las tarifas, la caída del empleo y “el ajuste”.
Con esta concentración culminó la llamada “Marcha Federal”, que comenzó con cinco columnas procedentes de diferentes puntos del país el 31 de agosto y terminó este viernes en la tarde en Buenos Aires.
La prensa local señala que en los 90 se realizó una marcha contra las políticas neoliberales del expresidente Carlos Menem. La concentración frente a la Casa Rosada se realiza sin la presencia del presidente Mauricio Macri, quien llegó a China para participar de la cumbre del G20.
La actividad fue convocada por las diferentes vertientes de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), con el apoyo del sector Camioneros de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), las diferentes seccionales del gremio estatal de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y distintas organizaciones sociales y de izquierda.
El titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, señaló que el gobierno de Macri pretendía que “los que menos tienen paguen el ajuste, mientras que las empresas acumulan cada vez más ganancias”.
“Y las inversiones que quieren no vienen, porque son vivos. No quieren venir porque hay conflictividad social. Y va a seguir habiéndola si no escuchan el clamor de los compañeros que vienen peleando. Si no nos escuchan, va a haber paro nacional más temprano que tarde”, dijo.
Por su parte, Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, expresó que el movimiento obrero “va a instalar la agenda social que el gobierno se niega a discutir”. “Este pueblo no se arrodilla ante el poder económico ni la represión”, agregó.
Yasky aseguró que 200 mil personas acudieron a la Marcha Federal y advirtió que se harán más manifestaciones de este tipo y “cada vez más grandes”
“Queremos que se reabran las paritarias. Queremos un salario para llegar a fin de mes, no un bono para llegar a fin de año (…) éste es el comienzo, puntapié inicial para el gran paro nacional”, concluyó el sindicalista.
"No podemos permitir que las familias tengan que elegir entre comer o pagar las tarifas", @HugoYasky en la Marcha pic.twitter.com/Y9PcpugsqL
— CTA-T (@CTAok) September 2, 2016
En la Plaza de Mayo se observó un bosque de banderas con los logos de las distintas agrupaciones, mezcladas con las blancas y celestes de Argentina. En los rótulos de las enormes pancartas los manifestantes pidieron por más puestos de trabajo, por el regreso de Cristina Kirchner, por la renuncia de Mauricio Macri, por un paro nacional y el cese de despidos, entre otros temas.
Desde el jueves 1° de septiembre en la tarde cientos de manifestantes se mantenían en vigilia, con cortes en diferentes accesos de ingreso a la ciudad de Buenos Aires, a la espera de las cinco columnas que integraban la Marcha Federal.
Debido a los cortes de acceso a la capital el tránsito vehicular se vio complicado, causando molestias a los usuarios del trasporte público y privado.
Los puentes de acceso a la lujosa zona de Puerto Madero estaban desde este jueves tomados con ollas populares, pequeñas fogatas y algunas carpas.
“Marcha con tintes políticos”
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, admitió que el país tenía dificultades “que padecen algunos sectores sociales”. No obstante, consideró que la Marcha Federal es parte de manifestaciones de “tintes políticos e ideológicos”.
“En la Argentina se permite el disenso”, sostuvo Triaca, quien este viernes se reunió, junto a otros miembros del gabinete, con los integrantes del triunvirato de la Confederación General del Trabajo (CGT) unificada recientemente.
“Creemos que es un momento de dificultad, pero estamos yendo de una transición a un escenario mejor”, enfatizó el funcionario.
La CGT pidió resultados concretos
Mientras los convocados por la CTA realizaban la Marcha Federal, los titulares de la Confederación General del Trabajo se reunieron con los ministros del Trabajo, de Producción y de Salud.
El ministro del Trabajo sostuvo que se trató de una discusión “madura” y “profunda” donde se analizaron cada una de las alternativas que el Gobierno Nacional quiere llevar adelante como también las propuestas del sector de los trabajadores. Agregó que se constituyeron grupos de trabajo sobre temas específicos.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, comentó que el sector sindical tiene temor por el tema de las importaciones y sus efectos sobre el empleo argentino. En este sentido, el funcionario ratificó a los sindicalistas de la CGT que se va a cuidar el empleo nacional, que el gobierno no le va a “soltar la mano” al sector industrial ni al sector productivo y que se va a focalizar en el crecimiento de las pymes.
Los reclamos puntuales de la CGT fueron el tema del empleo, la caída de actividades en algunos sectores y la inflación. También solicitaron una reunión con el presidente Mauricio Macri y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.
Por su parte, uno de los miembros del triunvirato de la CGT, Juan Carlos Schmid, precisó que la reunión “ha dejado un sendero de tratativas pero sin resultados concretos. Fue casi neutra y sobre los resultados podremos dar una respuesta más contundente en 20 días, porque las soluciones no aparecen en una primera reunión”.
Abel Frutos, otro de los secretarios generales de la central sindical, dijo a la agencia Télam que se discutió sobre las escalas del impuesto a las ganancias y que el Ejecutivo prometió enviar el proyecto al Congreso para que entre en vigencia en enero de 2017.