El presidente ejecutivo de Shell, Ben Van Beurden, anunció este miércoles que la empresa analiza un plan de desinversiones de US$ 30.000 millones, que incluiría la venta de algunos activos en Argentina.
Desde Nueva York, donde ofreció una rueda de prensa, Van Beurden señaló que en Argentina se desprenderían de su negocio de refinación, transporte y distribución de combustibles.
La medida incluiría la red de alrededor de 600 estaciones de servicio que tiene Shell en el país y su refinería en Dock Sud (provincia de Buenos Aires), junto con los negocios de comercialización y suministro, químicos, propano o gas de petróleo licuado, combustibles marinos, combustibles para la aviación y negocios de lubricantes.
Shell no incluye en la revisión de desinversiones en Argentina su negocio de exploración y producción.
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El diario La Nación señala que la firma cuenta con más de 2.400 empleados en el país, con una facturación anual superior a los $ 62.000 millones.
En junio, Shell presentó planes para limitar el gasto y cerrar plantas en algunos países para centrarse en las operaciones más rentables, como la de gas natural licuado, la producción en aguas profundas y los químicos. El anuncio fue su primera estrategia de largo plazo desde la compra de la petrolera BG Group por US$ 54.000 millones en febrero.
Además de las estaciones de servicio en Argentina, desde 2012 Shell ingresó en negocios de exploración (no convencionales) en la provincia de Neuquén (sur del país), donde tiene cinco proyectos.
En la misma provincia tiene el yacimiento de Cruz de Lorena y Sierras Blancas, para los cuales obtuvo permisos de 35 años, detalla el diario Clarín.
La empresa está concretando la obra de una planta de procesamiento y separación de crudo para manejar el caudal de producción de sus yacimientos sobre Vaca Muerta, la principal formación de shale (petróleo de esquisto) en Argentina.