English Las medidas de “salvaguarda” aplicadas por el Gobierno ecuatoriano a los productos procedentes de Perú y Colombia —que sirven para mantener artificialmente los precios de los bienes de los países vecinos con el fin de proteger las industrias nacionales— serán eliminados antes del 27 de febrero, según anunció el Ministerio de Comercio Exterior de Ecuador el pasado jueves, 5 de febrero.
Las salvaguardas cambiarias impuestas están especialmente diseñadas para evitar que las exportaciones de Perú y Colombia ganen terreno en la economía dolarizada de Ecuador, debido a que estos países tienen monedas más baratas que el dólar, y exportan a precios más bajos.
Sin embargo, durante la transmisión televisiva semanal del programa Enlace Ciudadano, del sábado 7 de enero, el presidente Rafael Correa indicó que Ecuador reemplazará las salvaguardas con otras medidas arancelarias multilaterales, contempladas en la Organización Mundial del Comercio (OMC), para continuar con la protección de la producción nacional ante los fabricantes extranjeros.
Correa también sugirió que modificaciones similares a la balanza de importación/exportación de Ecuador con el resto del mundo entrarían en vigor antes de que finalice este mes.
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“Tenemos problemas en la balanza de pagos por el derrumbe del precio del petróleo. Se nos ha apreciado el dólar y se nos están depreciando los vecinos. Yo no me puedo quedar cruzado de brazos, es un absurdo”, dijo Correa a los asistentes.
Por otra parte, sostuvo que si Ecuador tuviese su propia moneda — el país andino adoptó el dólar en 2000 — la situación económica del país estaría mejor. “No tendríamos que hacer nada de esto si tuviésemos tipo de cambio. Si Colombia y Perú devaluaban … nosotros devaluábamos, para no tener problemas en el sector externo”, sostuvo el presidente.
“Ojala los jóvenes estudiantes de economía entiendan esto, que es la verdadera economía, para no ser víctimas de tantas novelerías como eliminar la moneda nacional“, añadió.
Medidas rechazadas rotundamente
Las medidas de salvaguarda habían sido impopulares previamente, tanto con los vecinos de Ecuador como con los críticos nacionales. El 6 de febrero la Secretaría General de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) —organismo del cual Ecuador, Perú y Colombia son parte— emitió la Resolución #1762, denegando la autorización a Quito para aplicar las medidas dentro del proceso de la CAN.
“El análisis de la Secretaría General no encontró pruebas suficientes para comprobar la existencia de una alteración de las condiciones de competencia, como consecuencia de la depreciación de las monedas de Colombia y Perú”, dice la resolución.
“Recomendamos al Gobierno de Ecuador establecer mecanismos para la devolución del pago realizado por las empresas afectadas”, continuó, refiriéndose a las tarifas que las empresas extranjeras tuvieron que pagar para exportar sus productos a Ecuador.
Sin embargo, el Gobierno de Correa rechazó la autoridad de la CAN en un comunicado, argumentando que “excede de las competencias que le confiere el Acuerdo de Cartagena.”
#Ecuador rechaza pronunciamiento de la Secretaría General de la CAN http://t.co/7vigGXB8sz
— Fernando Alvarado Espinel (@FAlvaradoE) February 8, 2015
“Las normas y jurisprudencia andina reconocen el derecho de Ecuador a proteger su economía frente a depreciaciones monetarias efectuadas por otros países miembros de la CAN que alteren las condiciones de competencia”, dice el comunicado oficial.
“Ante estas circunstancias, Ecuador ha decidido impugnar la Resolución #1762 a través de los canales apropiados, y ratifica el acuerdo de los Gobiernos de los países miembros en privilegiar mecanismos diplomáticos y de diálogo para la solución de diferencias”, continúa.
Mientras tanto, representantes de las industrias y el comercio de los tres países también manifestaron su oposición a las salvaguardas. Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, dijo a la cadena local Ecuavisa que la mala gestión económica y no la dolarización, es lo que ha resultado en que se tomen tales “medidas de emergencia” anualmente.
“La dolarización en Ecuador ha sido maltratada por déficits fiscales, por un manejo fiscal sumamente agresivo, que es lo que nos lleva a tener estos problemas … no es ningún problema en sí”, sostuvo.
Los representantes de las principales cámaras de comercio de Colombia, Ecuador y Perú también se reunieron en Quito para evaluar los efectos negativos que la medida proteccionista podría tener sobre el comercio entre sus tres países, y firmaron conjuntamente la Declaración de la Unidad Comercial Andina para promover el comercio regional.
Los líderes empresariales celebraron la decisión del Gobierno de eliminar las salvaguardas, pero reportan preocupación sobre posibles nuevos aranceles.
“En hora buena que exista el reconocimiento del gobierno de Rafael Correa de que fue un error, y ojalá esto nunca más se repita y sirva como lección para mantener políticas serias de comercio exterior”, dijo Blasco Peñaherrera Solah, presidente de la Cámara de Comercio de Quito.
La decisión de iniciar una guerra comercial con Colombia y Perú es la confirmación del fracaso del gobierno de Correa http://t.co/CTJlJ7UlKp
— Blasco Peñaherrera Solah (@blasco_p) January 16, 2015
¿Pérdidas a largo plazo?
De acuerdo con un informe publicado por Servicio Nacional Aduanero del Ecuador (Senae), en lugar de disminuir, las importaciones de Ecuador desde Colombia y Perú aumentaron en enero, en un 7% y 9% respectivamente.
Las importaciones de bienes de Colombia significaron aproximadamente US$138,6 millones en ingresos, mientras que los de Perú llegaron a $65,3 millones. Los ingresos exclusivos por la salvaguarda cambiaron fueron de $14,1 millones.
A pesar de las cifras positivas, Roberto Villareces, analista e investigador asociado del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP) explicó que la medida tiene inconvenientes graves.
Villacreces dijo a PanAm Post que la salvaguardia de cambio no solo castiga a los productos importados desde estos países, sino que también hace que los productos ecuatorianos y bienes de capital utilizados por las industrias locales sean más caros.
“El resultado es el encarecimiento de nuestra producción interna y el perjuicio a los consumidores locales, que deben pagar más por los mismos productos, o por productos de inferior calidad,” dijo.
“Este tipo de medidas genera además disconformidad en los países afectados, quienes pueden tomar medidas similares como forma de represalia, afectando nuestras exportaciones”.
Finalmente, Villacreses mencionó que la competitividad genuina y el consiguiente crecimiento de las exportaciones “no se consiguen a través de la devaluación”.
“En la época del [antigua moneda nacional] sucre tuvimos grandes devaluaciones, que obviamente no nos convirtieron en los campeones exportadores de la región. La competitividad se alcanza haciendo mejor las cosas, aprovechando los recursos escasos, e invirtiendo en tecnología y capital”, concluyó.
Editado por Laurie Blair.