EnglishEn septiembre pasado, la administración de Barack Obama otorgó US$70 millones de subvención al gobierno izquierdista de El Salvador. Esto, como reconocimiento a su compromiso, entre otras cosas, con “los derechos políticos, libertades civiles, libertad de información, eficacia de gobierno, estado de derecho y control de la corrupción”.
El domingo pasado, ese mismo gobierno llevó a cabo una chapuza de elecciones parlamentarias y municipales, dejando a los salvadoreños en la oscuridad sobre quiénes ganaron los 84 escaños de la Asamblea Legislativa y la mayor parte de las 262 alcaldías.
Pese a la falta de fatos oficiales, los dos partidos mayoritarios, el oficialista Frente Farabundo Martí Para la Liberación Nacional (FMLN) y la oposición Alianza Republicana Nacionalista (Arena) declararon que sus conteos internos muestran resultados favorables para su lista de candidatos. Naturalmente, activistas de oposición han asumido que el partido oficial está cometiendo fraude para mantener su mayoría en la asamblea, poniendo en duda la gobernabilidad del país.
Activistas de oposición asumen que el partido oficial está cometiendo fraude para mantener a una mayoría trabajando en la asamblea
Cinco días después que 2,6 millones de salvadoreños fueron a las urnas, las autoridades electorales no han emitido aún los resultados oficiales. Julio Olivo, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), reconoció que “un problema técnico” había impedido presentar los resultados preliminares de la elección, advirtiendo a los candidatos que nadie puede ser declarado ganador sino hasta que se resuleva el problema. “Hemos tenido problemas revelando (los datos) y debemos admitirlo ante la nación”, dijo Olivo durante una conferencia de prensa.
Las autoridades electorales han culpado a la empresa responsable de la transmisión de datos, acusándolos de incompetencia e incluso “sabotaje”. El jueves, Olivo dijo que tenía la intención de demandar a la empresa e indicó: “Mucha gente va a caer”. El mismo día, el conteo manual de los votos fue detenido cuando 30 trabajadores electorales se enfermaron por “intoxicación alimentaria“.
Estas fallas eran previsibles. Los partidos de oposición hicieron ver que los problemas con los votos fueron expuestos durante el simulacro de las elecciones, el cual fue realizado por el TSE días antes de las mismas. En la simulación de la transmisión de datos previa a las elecciones, materiales y equipos no lograron llegar a 19 municipios de la ciudad de San Salvador, y solamente la mitad de 125 mil boletas de prueba fueron cargadas al sistema.
Incluso después de esos fallos durante las pruebas, el jefe del TSE expresó su confianza para con el equipo y contratistas argumentando: “Aquí hay gran tecnología e informáticos talentosos. Genios de la computación están trabajando en esto, cooperando con el Tribunal Supremo Electoral”.
El recuento manual de los votos se detuvo cuando 30 trabajadores electorales se enfermaron por “intoxicación alimentaria”
Ahora, cuando los resultados electorales no han sido presentados, Arena ha expresado su preocupación por los fallos ocasionados por la transmisión de datos y exige al TSE “corregir este error y proporcionar información al público de manera inmediata”.
Se suponía que la concesión en septiembre de la Corporación del Reto del Milenio de Estados Unidos estaría condicionada a que El Salvador demostrara cierto rendimiento en criterios específicos, estos medidos en “libertad económica, inversión en la gente y gobernar con justicia”.
No obstante, era evidente obvió una valoración objetiva respecto al desempeño económico del país con tal de ganarse el favor con el gobierno izquierdista del FMLN. Desde que asumió el cargo en junio pasado, el presidente del FMLN (y excomandante de la guerrilla marxista), Salvador Sánchez Cerén, no ha logrado reactivar la economía más débil de Centroamérica (creciendo a solo 2,2% anual). Peor aún, el porcentaje de homicidios aumentó en al menos un 60% en 2014.
El fracaso de las elecciones el domingo pone en duda la capacidad o intención del gobierno del FMLN de gobernar con justicia y eficacia.