EnglishComo se había anunciado, este miércoles 21 de enero el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, informó las medidas que implementará en 2015 para hacer frente a la crisis económica que vive el país. A pesar de que estaba prevista la presentación de la “Memoria y Cuenta” de su Gobierno en 2014, el mandatario venezolano aprovechó el discurso para anunciar reformas en la política social y económica, dada la caída de los precios del petróleo.
“Son menos divisas. De US$96 el barril (de petróleo) a $40, pero nunca nos faltará Dios. Dios proveerá y conseguiremos recursos para mantener el ritmo del país”, afirmó Maduro, quien culpó Gobierno de Estados Unidos del derrumbe de los precios internacionales.
La frase “Dios proveerá” amaneció este jueves como tendencia en Venezuela a través de la red social Twitter. Diferentes medios de comunicación y reconocidos caricaturistas del país, se hicieron eco de la esperanzadora afirmación.
Pero entre las medidas tangibles anunciadas, destacan modificaciones en el control cambiario del país, un aumento del salario mínimo y de las inversiones sociales, y un posible ajuste en el precio de la gasolina.
En respuesta a las largas colas que se producen diariamente por la escasez y el desabastecimiento, Maduro aseveró que el sistema de identificación biométrica para las compras —mejor conocido como “el captahuellas“— y las tarjetas de “abastecimiento seguro” (eufemismo para racionamiento, pues limitan las compras semanales en las cadenas de hipermercados del Estado), serán implementadas en todo el territorio nacional para controlar las “compras excesivas” por parte de ciudadanos que luego, según la visión del presidente, se convierten en revendedores.
Luego de aceptar que la canasta básica “está perturbada”, Maduro instó a los venezolanos a “eliminar el consumismo” y a implementar una conciencia de ahorro; de la misma manera ordenó hacer un seguimiento a “todas las empresas almacenadoras y distribuidoras de productos y alimentos del país”, para acabar con el presunto acaparamiento.
Para Boris Ackerman, jefe del Departamento de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Simón Bolívar, esta última medida es una estrategia para conseguir productos, repartirlos y así levantar la popularidad del Gobierno. Maduro reconoció que su impopularidad alcanza 80%, pero dijo: “no me importa que llegue al 150%”.
Afirmó Ackerman que el sistema propuesto por el presidente dejará a discrecionalidad de los funcionarios que estén fiscalizando la decisión sobre los “delitos” de acaparamiento o especulación.
Malas noticias para el sector productivo del país
Maduro informó que se mantendrán tres tasas de cambio para el bolívar mientras “se estabiliza la economía”; una será a Bs. 6,30 por dólar para los sectores alimentos y salud; la otra tasa será producto de la unificación del Sicad 1 y 2 (Sistema de Administración de divisas) que funcionará a través de subastas, y la tercera operará a través de las casas de bolsa.
Ackerman afirmó a PanAm Post que las medidas anunciadas van en la misma dirección de lo que el Gobierno ha hecho hasta ahora, “seguir sometiendo al país a una serie de controles y restricciones de control cambiario, de índole de precios y controles de distribución a la venta de productos, enmarcado todo dentro del modelo socialista”.
El especialista indicó que las modificaciones en el control cambiario representan una devaluación “severa”; explicó: “si pasas un producto de Bs.12 por dólar a Bs.36 por dólar, estamos hablando de un 200% de incremento del costo y una perdida del valor del bolívar de un 66%”.
En una entrevista radial para la emisora RCR, la economista Tamara Herrera afirmó que el hecho de que continúe el sistema de subastas es una “pésima noticia para el sector productivo del país”, ya que lo califica como un sistema inequitativo e incierto, que impide a las empresas planificarse, lo cual trae como consecuencia una formación de precios “completamente dislocada”. Herrera se cuestiona si ese esquema de bolsas producirá algún incentivo para el ingreso de capitales.
El mandatario venezolano anunció también que el salario mínimo aumentará 15% a partir del primero de febrero, y se ubicará en Bs. 5.633,97 (US$31,47 al cambio libre); monto que se aplicará también para las pensiones del Seguro Social. A los pensionados les garantizó un bono de salud este año.
El presidente reconoció que es necesario incrementar el precio de la gasolina y espera que el debate se dé en la Asamblea Nacional, para que el alza se aplique este año.
Con respecto a esto, Ackerman afirmó: “ellos todavía tienen miedo al aumento de la gasolina por un posible levantamiento social y están pensando en cómo implementar mecanismos compensatorios antes de hacer el ajuste”.
Una economía en penumbra
El Fondo Monetario Internacional ajustó, este miércoles 21 de enero, su proyección de crecimiento de la economía venezolana, pronosticando una contracción de 7% para el 2015. El FMI calcula que cada disminución de $10 en el precio del petróleo acarrea un deterioro de la balanza comercial de Venezuela del orden de 3,5% de su Producto Interno Bruto.
En referencia a la reestimación hecha por el FMI, la economista Tamara Herrera afirma que habrá una disminución “brutal” de las inversiones por parte del aparato productivo, y que Venezuela tendrá una caída del PIB “muy fuerte”. Explica que dicha proyección se dio antes de conocer cuáles serían “los ajustes” de Maduro y la disposición de todos los esfuerzos en un “Dios Proveerá”.
Ackerman y Herrera coinciden en que el aumento del salario mínimo y la inversión en misiones, es una acción inflacionaria que busca compensar parcialmente al ajuste de precios que vendrá por los ajustes al precio del dólar.
Para los especialistas, todo lo anunciado incentiva “la inoperancia, la viveza y la trampa”. “No vienen buenos tiempos, las medidas son totalmente inadecuadas y llevarán al país a una perpetuación de los problemas”, señaló Ackerman.