EnglishEl viernes 20 de febrero, la Policía colombiana capturó en Cúcuta, en la frontera con Venezuela, a 17 presuntos integrantes del Clan Úsuga, entre ellos a su máximo jefe regional alias “La Roca” y al segundo hombre de importancia de esta banda criminal, alias “Antony”.
“La Roca” es un exparamilitar que se convirtió en el máximo cabecilla de la banda en Norte de Santander. Era el encargado de controlar la salida de droga, organizar el contrabando y armar a un grupo de hombres con el fin de realizar los denominados “ajustes de cuentas”.
El funcionario informó que también fue detenido alias “Antony”, a quien se acusa de ser el autor material de por lo menos ocho asesinatos ejecutados en los últimos cinco meses en Norte de Santander.
Adicionalmente, la Policía notificó que otras 15 personas ya están detenidas por investigaciones, por presuntamente mantener vínculos con esta organización criminal.
“Los Urabeños”, también conocidos como Clan Úsuga por las autoridades colombianas, son una banda criminal que forma parte del conflicto armado en Colombia y se considera la agrupación paramilitar más grande, peligrosa y mejor estructurada del país por la cantidad de combatientes que la integran, por las zonas donde hacen presencia por y el gran número de cargamentos de droga que trafican a nivel nacional e internacional.
En caída libre
Desde inicios de 2015 la policía colombiana ha capturado a miembros importantes del Clan Úsuga: el 9 de enero, el ejército colombiano confirmó la captura del cuarto cabecilla de la banda criminal, alias “Abeja”, quien llevaba 14 años realizando actos delictivos. Con su captura la banda criminal perdió un cabecilla con experiencia en el modus operandi del crimen organizado, a un delincuente conocedor de la región y al encargado de liderar varios asesinatos en San Alberto (Cesar) y La Esperanza (Norte de Santander).
El mismo día, la policía capturó a Franco Jiménez, alias “Omar”, uno de los jefes de la banda criminal en Medellín, quien organizaba las actividades de narcotráfico en el Chocó y Norte del Valle; era el segundo cabecilla del “bloque Pacífico” del Clan Úsuga y mantenía alianzas y contactos criminales con narcotraficantes de Medellín, Córdoba y Urabá.
Su trayectoria criminal lo llevó a convertirse en una pieza clave, que por su calidad de “desmovilizado” pasaba desapercibido por las autoridades e incluso por los aeropuertos, conservando todo el tiempo un perfil bajo.
El 19 del mismo mes, el Ejército confirmó la captura de Miguel Ángel Alfaro, considerado como uno de los más importantes enlaces internacionales entre el Clan Úsuga, y los carteles mexicanos de Sinaloa y los Zetas.
Alfaro, conocido al interior de la organización delincuencial como “el Flaco”, es requerido en extradición por una corte de los Estados Unidos por delitos relacionados con narcotráfico, y se le sindica de ser el encargado del transporte y comercialización de cocaína desde el departamento del Valle y Cauca, hacia Estados Unidos y Centroamérica.
Diez días después, la Policía Antinarcóticos de Colombia reportó que fue interceptado un cargamento de 500 kilos de cocaína perteneciente al Clan Úsuga; la droga provenía de laboratorios asentados en los llanos orientales y era transportada hasta la ciudad de Cartagena con el fin de enviarla a Centroamérica; con esta captura, la policía colombiana logró impactar las finanzas de dicha organización delictiva ya que se dejaron de comercializar a través del micro tráfico 1.250.000 dosis de cocaína, con un valor aproximado de US$6,3 millones.
El 5 de febrero de 2015, se dio la captura de 13 integrantes de la organización –entre ellos la compañera sentimental y la mano derecha de Darío Antonio Úsuga, cabecilla de la banda criminal–, y la detención de Hárlinson Úsuga Úsuga, alias ‘Orejas’; con ellos, la policía obtuvo información sobre los traslados de la droga y cómo la organización fortalecía el flujo de dinero con la adjudicación de contratos a través de un grupo de abogados. Además, se conoció el manejo de las rutas para la salida de la droga desde Colombia.
Pero el 18 de febrero la policía colombiana logró la captura del ideólogo del Clan Úsuga, Abimael Coneo Martínez, conocido como “Torta”, era la mano derecha de Dairo Antonio Úsuga. Según El Espectador, se encontraba en Bogotá, al parecer, buscando sumarse a los diálogos de paz en Cuba, con el fin de lograr beneficios para la organización criminal de cara a una posible desmovilización.
El Espectador publicó un video al momento de la detención de Torta:
La Defensoría del Pueblo de Colombia señaló que las bandas criminales, surgidas después de la desmovilización de los grupos paramilitares, operan en 27 de los 32 departamentos del país.
Editado por Pedro García Otero