Mujer venezolana: a usted, que no consigue toallas sanitarias, ni tampones, ni pastillas anticonceptivas, el Socialismo del Siglo XXI le trae la solución. Con retazos de tela puede hacerse sus conocidos modess y además reciclarlos. Los tampones no hacen falta, y la solución para los anticonceptivos es la castidad, recuerde que si queda embarazada tampoco conseguirá pañales para su bebé.
Hace algún tiempo, los canales televisivos estatales promocionaron y apoyaron el uso de toallas sanitarias reusables para las damas. Hoy en día el video con esta “innovación” se vuelve viral en las redes sociales, porque este producto de primera necesidad para las mujeres vuelve a ausentarse de los anaqueles.
Se trata de una especie de parches con algunas capas de tela que las mujeres usarían durante su período menstrual; de acuerdo con sus creadoras, esto no solamente reduciría el consumo de las toallas sanitarias comerciales comunes sino que además al lavarlas, el residuo o producto de lo “reciclado por la menstruación” serviría de abono para las plantas.
Un período menstrual dura aproximadamente entre 5 y 7 días; ustedes imaginarán lo que implica reciclar durante esos días un trozo de tela que no tiene ningún permiso sanitario y que además rompe con todas las normas de higiene y aseo personal.
En pleno siglo XXI, para las mujeres venezolanas esta podría ser la solución a sus problemas luego de conocer que un paquete de tampones de 8 unidades cuesta el 20% de su salario mínimo; esto, si es que se llegan a conseguir en los anaqueles.
No importa entonces la salud, la higiene ni la comodidad de la mujer venezolana; importa, según el video, no apoyar el “capitalismo salvaje” que representa la compra de una toalla sanitaria normal, de esas aprobadas por especialistas, que representan comodidad y calidad de vida. Eso a este Gobierno no le importa.
Y aunque no lo crean, ya el capitalismo chino se está aprovechando de la necesidad de la mujer venezolana y de la escasez de las toallas sanitarias cómodas y no reciclables. Para quien sienta afinidad a este Socialismo del Siglo XXI y le agrade la idea de reciclar su menstruación, puede hacer su pedido al país asiático y el envío hacia Venezuela será gratuito.
Allí podrán observar gran variedad de modelos, diseños y colores para todos los gustos. Eso sí, para adquirirlas debe hacer la compra a través de un portal web, pero debe contar con dólares electrónicos; el capitalismo chino, fiel aliado del Gobierno venezolano, tampoco acepta bolívares.
Ante una situación de elevada escasez y desabastecimiento en Venezuela, el Gobierno ha optado por restringir las comodidades y hasta las necesidades de la población. En vez de buscar la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, decide de manera arbitraria y hasta creativa el inducir la disminución de las compras de diferentes productos de primera necesidad.
Además, sus gobernantes tienen una manera bastante irónica y absurda de decirle a los venezolanos que deben cambiar sus hábitos de consumo, sin importar cuánto les afecte y hasta perjudique su salud.
El ministro de Salud, Henry Ventura, aseguró que para combatir la falta de medicamentos en los anaqueles, el venezolano debe cambiar “el alto índice de consumo” de los mismos; esto quiere decir que para Ventura la escasez de fármacos obedece a que los ciudadanos han decidido consumir más.
Entonces para Ventura, la escasez no es culpa de la mala administración de divisas, de la no producción nacional y de los controles. Para este Gobierno la solución a sus errores son las restricciones.
Recuerdo al expresidente Hugo Chávez en el año 2009 cuando empezaron los apagones en el país por la falta de mantenimiento en las plantas generadoras de energía eléctrica, él invitó a los venezolanos a bañarse solo en tres minutos, usar una totuma para echarse agua y además en vez de prender las luces, usar linternas para ir al baño en las madrugadas.
Actualmente la escasez en Venezuela supera las barreras de la incredulidad, muchos decían “yo no creo eso no va a pasar”, y ahora vemos como no se consiguen medicamentos, métodos anticonceptivos, papel higiénico, toallas sanitarias, champú, jabón para lavar ropa, máquinas de afeitar, harina de maíz, atún, pasta; y pare usted de contar.
Al parecer, la idea del “Socialismo del Siglo XXI” ideada por los Castro en Cuba, perfeccionada por Chávez y asumida por Maduro, implica llevar a los venezolanos a toda una aventura de la época colonial en la que se peleen por productos básicos, se aseen con baldes, vivan en la mediocridad y reciban como forma de pago, en vez de dinero, fichas sin valor.
Ese es el legado que deja el socialismo en Venezuela; el conformismo y la degradación de la calidad de vida en una época de tecnología e innovación a nivel mundial.