EnglishAunque el juicio contra el líder opositor Leopoldo López ha sido calificado como injusto, por no existir pruebas fehacientes en su contra, el preso político está a pocos días de que se conozca el fallo del tribunal 28 de Juicio, a cargo de la juez Susana Barreiro. Hasta ahora, todo parece indicar que podría ser sentenciado a cumplir una pena de hasta 14 años de prisión.
La tarde de este lunes, el Ministerio Público de Venezuela, el cual funge como parte acusadora, emitió un boletín de prensa en el cual el organismo se adelanta a la sentencia del juzgado, y asegura que demostraron la supuesta culpabilidad de Leopoldo López y de otros cuatro jóvenes que también son juzgados en la misma causa.
Aunque la nota de prensa del MP no sorprendió a los venezolanos, porque se trata de la misma parte acusadora, especialistas aseguran que con la información publicada, el organismo busca “jugar adelantado” a la jueza Susana Barreiro, y presionar para que la sentencia sea la que la institución solicitó.
La Fiscalía aspira una condena de 14 años de prisión por el delito de asociación para delinquir, y a ese período sumarle la mitad de las penas establecidas para el resto de los delitos, que son instigación pública, daños e incendio; esto, por los hechos ocurridos el 12 de febrero de 2014 tras el llamado de Leopoldo López a protestar contra del Gobierno de Nicolás Maduro.
La prueba en la que se basa la Fiscalía para acusar a López es el análisis del discurso pronunciado por el líder opositor el día de los hechos, y que fue examinado por dos expertos que aseveraron que el acusado supuestamente incitó a sus seguidores a generar violencia en las calles, “entre líneas”, y a través de medios de comunicación y de las redes sociales.
Jorge Tricás, analista político y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, dijo a PanAm Post que el juicio contra López es característico del totalitarismo en el cual el juzgado ya ha tipificado como enemigo al acusado.
Afirmó que el juicio en contra de López no funciona sobre la base de un delito existente ni sobre la base de pruebas en su contra. Dijo que es un juicio preconcebido que sirve para la dominación de los venezolanos que optan por la opción de protestar en las calles por la actual crisis económica, política y social que transita Venezuela.
“Ya sabemos que en el caso de Leopoldo, la juez no administra justicia, obedece órdenes de arriba, no me extraña que este juicio ya tenga un guión hecho”, aseguró.
[adrotate group=”7″]Se espera que en la audiencia de López, que continuará el próximo viernes, se conozca una sentencia definitiva. Para el especialista, el juicio está hecho para el resto de la nación, el Gobierno busca demostrar un castigo ejemplar y simbólico para mantener dominados a los venezolanos bajo la tónica del terror y la dominación, para “mantener a la ciudadanía tras la raya amarilla”.
“Nadie sabe lo que puede pasar, aunque eso debe estar más que escrito, si el objetivo es amedrentar a la oposición y a otros dirigentes, creo que aquí el Gobierno lo inhabilitará; no lo quieren como un dirigente activo (…) no me extraña que le venga una inhabilitación por 15 años para no verlo como una opción presidencial”, agregó el experto.
Temen a Leopoldo López
Tricás ofreció a PanAm Post un análisis de por qué Leopoldo López “es el escogido” por el Gobierno de Nicolás Maduro para mantenerlo preso.
“Leopoldo junto con María Corina Machado y Antonio Ledezma— quien también se encuentra preso bajo arresto domiciliario—, resultan incómodos para el Gobierno porque apuestan por la acción y por la calle con la bandera de la libertad por adelante, que es la esencia de la política”, agregó Tricás.
El analista considera que otros líderes de la oposición venezolana no resultan tan incómodos al régimen de Nicolás Maduro, porque en general, no se caracterizan por promover manifestaciones de calle, ni acciones más contundentes.
“No olvidemos que ya Leopoldo fue inhabilitado para que no fuera alcalde de la capital, recordemos que Antonio Ledezma llega como sustituto de Leopoldo López, el alcalde mayor iba a ser López”, recordó el analista político.
Tricás realizó una analogía entre el comportamiento del Gobierno contra Leopoldo López, y la persecución constante contra la organización Voluntad Popular, encabezada por el preso político.
“La organización que Leopoldo funda con un grupo de estudiantes, en 2007, causó la primera inflexión fuerte que tuvo el régimen de Hugo Chávez, que en vida le tocó resentir la aparición del movimiento estudiantil; detrás está Voluntad Popular, a quienes se les ha aplicado una persecución como al alcalde de Aragua, Delson Guárate, o al preso político Daniel Ceballos”, recordó.
Según el experto, “Voluntad Popular no solo expresa el ideario de Leopoldo López, sino también representa acción, calle y libertad; buscan anularla y sacarla del juego”.
Juicio injusto y “amañado”
El juicio de Leopoldo López ha estado plagado de irregularidades. La audiencia de presentación se llevó a cabo en un autobús de “tribunal móvil”, estacionado frente a las puertas de la cárcel militar de Ramo Verde, donde quedó recluido.
En septiembre de 2014, los funcionarios que practicaron las inspección técnica en la Fiscalía, donde se supone que hubo incendio el día de la protesta, declararon en una de las audiencias del juicio que no hubo incendio, motivo por el cual se desestimó dicha acusación.
Leopoldo López tenía 142 elementos de prueba en su contra, y solo uno a su favor. Todos los que propuso la Fiscalía fueron admitidos y casi todos los que propuso la defensa fueron rechazados, además durante la fase final del juicio, el período de pruebas se suspendió abruptamente, ya que todos los testimonios ratificaban la inocencia del preso político.
En enero de 2015 los abogados defensores de Leopoldo López denunciaron que la Fiscalía ocultó la principal prueba, e incorporó las evidencias de forma irregular. Se referían a un informe, según el cual los discursos del dirigente opositor incitaron a la violencia de los manifestantes con mensajes subliminales.
El juicio no ha sido público como dicta la ley venezolana; se ha llevado a cabo a puerta cerrada, con acceso limitado a sus familiares.