Al menos 5.000 reses en descomposición están causando un desastre ambiental y de salubridad en las costas brasileñas, luego de que un barco con destino a Venezuela naufragara el pasado 6 de octubre con el ganado que llevaba como carga.
Las autoridades brasileñas trabajan para retirar los cadáveres, pero la descomposición de los mismos están contaminando los pozos de agua y causando hedores en la localidad de Vila do Conde, en Bacarena, estado de Pará.
De acuerdo con las autoridades brasileñas, la investigación de los hechos culminará en aproximadamente 90 días, y aseguran que los responsables del desastre podrían enfrentar acciones legales.
El cargamento, que fue declarado pérdida total, pertenecía a la multinacional Minerva Foods, con sede en Barretos, Sao Paulo. Llevaba ganado bovino de la raza Haidar hacia Venezuela.
El pasado 13 de octubre, la alcaldía de Barcarena decretó estado de emergencia por la tragedia ambiental, porque se rompió la barrera de contención de los residuos y estos se han extendido a playas de la ciudad y a los ríos adyacentes, como el Amazonas.
Ante la situación, el pasado 12 de octubre los habitantes de la localidad realizaron una protesta por los daños al medio ambiente, la economía de la ciudad y la vida cotidiana debido a que los comerciantes de la playa debieron cerrar sus puertas y los pescadores paralizar sus actividades. Además los residentes aseguran que por las condiciones de insalubridad no pueden trabajar, ya que las playas están prohibidas, contaminadas con más de 3 kilómetros de combustible desbordado del mismo naufragio en el que murieron las reses.
Ganaderos venezolanos “en emergencia”
Pero el desastre no solo perjudicó a los brasileños; también perjudicó a los venezolanos, que diariamente deben enfrentar la creciente escasez de alimentos; al mismo tiempo que se pierden las reses en Brasil, el sector ganadero de Venezuela se declara en emergencia.
El pasado 17 de octubre la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (Confagan) del estado Anzoátegui, aseguró haber sido víctima del robo de 2.100 reses en diferentes fincas de la entidad; a esto le adicionan los problemas con las fuertes sequías y la escasez de insumos lo que genera una merma en la producción de leche, queso y carne en el país.
Pero la importación de ganado también es una preocupación para el sector ganadero del país. El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), Carlos Odoardo Albornoz, criticó que el Gobierno venezolano prefiera importar en vez de implementar políticas “coherentes” para fortalecer la producción en el país; aseguró que “la política de Estado es negociar para importar carne y pollo que puede producirse en Venezuela”.
Albornoz agregó que “el rebaño está diezmado porque este es el tercer o cuarto año consecutivo de sequía” e informó que en el país actualmente hay aproximadamente 12 millones de reses; cuando llegó haber una por habitante (el estándar internacional), hoy hay una por cada tres.
El representante gremial también aseguró que el consumo per cápita de carne ha registrado un desplome de 43,4% y explicó que esto obedece a que hay un rebaño diezmado “por una sequía poderosísima”.
Agrega que todo el sector agropecuario está grave: “no hay alimentos balanceados, semillas de pastos y otros insumos básicos para la producción, tal es el caso de la maquinaria, la cual se encuentra 72% paralizada por falta de repuestos”.
Aquiles Hopkins, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), ha venido denunciando que la política asumida por el Gobierno de importar los productos terminados en vez de adquirir la materia prima para impulsar la producción nacional, es una medida errada que solo solventará por poco tiempo el desabastecimiento en el país.
Asegura además que por cada dólar que el Gobierno invierte en el exterior, los empresarios venezolanos son capaces de producir cinco veces más de lo que se compra con un dólar de importaciones.
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Alimentos represados en los puertos
Pero el Gobierno venezolano, que ha optado por incrementar las importaciones sin incentivar la producción en el país tiene 400 mil toneladas de alimentos represadas en los puerto de Venezuela; así lo informó Neidy Rosal, diputada del Consejo Legislativo en el estado Carabobo, en el centro del país, quien es reconocida por dar a conocer en 2011 informaciones sobre 160 mil toneladas de comida podrida que fueron halladas en el puerto de Puerto Cabello.
Ella, junto al secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba, solicitaron este miércoles 21 de octubre ante la Contraloría General de la República que investigue por qué desde el mes de agosto no han distribuido los alimentos que se encuentran en los puertos venezolanos, aún cuando los ciudadanos de ese país enfrentan una “grave escasez”.
La legisladora hizo referencia a datos publicados en el portal web de la estatal Bolipuertos e indicó que según cifras oficiales, en agosto llegaron 208.700 toneladas de alimentos y en lo que va de octubre llegaron otras 194.775, de las cuales 135 mil toneladas son granos.
“La misma página de Bolipuertos establece claramente la situación portuaria por la que están atravesando los puertos del país, y en el caso específico de Puerto Cabello se señala que la capacidad de almacenamiento es de apenas 60%. Por lo tanto, es urgente que estos alimentos sean sacados y distribuidos a la población adecuadamente”, exigió Rosal.
La funcionaria exigió que también se investigue una presunta compra que se hizo a Brasil por un monto de dos mil millones de dólares a la empresa brasileña JBS. Dijo que es necesaria la revisión completa del proceso licitatorio.
Por otra parte, Rosal denunció irregularidades en el convenio que hay entre Uruguay y Venezuela, pues Uruguay debía enviar 44.000 toneladas de leche y 15.000 de pollo y otros alimentos, pero aún solo han llegado ocho mil toneladas de leche.
En septiembre, la legisladora aseguró en una entrevista a PanAm Post que la compra e importación de tantas toneladas podría tener fines electoreros; también había alertado que si el Gobierno no hace la distribución de dichos alimentos, Venezuela podría estar a las puertas de un caso parecido al famoso caso de “Pudreval“.