La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ofreció un ministerio a Luiz Inácio Lula da Silva, para evitar que sea detenido por el caso Lava Jato; el exmandatario se resiste a la idea.
De acuerdo con la Folha de Sao Paulo, Rousseff habría cedido a las peticiones de los miembros del Partido de los Trabajadores, de ofrecer un cargo ministerial a Lula tras el temor que existe de que podría terminar en prisión.
En caso de tomar a su cargo un ministerio, Lula contaría con el beneficio del fuero político. En este caso, cualquier acción judicial contra el expresidente dependería de la aprobación del Tribunal Supremo (TSF).
Según el artículo, Lula no parece estar de acuerdo con esa posibilidad, ya que si bien gozaría de foro privilegiado, el cargo supondría una vinculación demasiado fuerte con el Gobierno de Rousseff y limitaría en gran medida su capacidad de defenderse públicamente, lo que afectaría su posible candidatura presidencial en 2018.
El artículo de Folha reveló la presunta “desesperación” entre los diputados brasileños por los cauces iniciados por el juez Sergio Moro, quien lidera las investigaciones del caso Lava Jato en la Justicia Federal, ya que “la conducción coercitiva de Lula demostró que todos son vulnerables” por lo que se estaría presionando a la presidenta Rousseff para convocar a un Consejo de la República.
Previsto en la Constitución Federal de 1988, el Consejo de la República incluiría representantes de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) así como representantes de la sociedad civil, algo que “a los ojos de los diputados del Congreso Nacional, resulta crucial para imponer limites a la Lava Jato”.
La operación en que se llevó a Lula a declarar fue ordenada por Moro, quien determinó que se allanara la residencia del expresidente, la de su hijo y otros inmuebles a nombre de familiares que se presume también están vinculados con Lula y las presuntas ganancias ilícitas que recibió.
Fuentes: Extra.