La examante de Evo Morales, Gariela Zapata, aseguró que el hijo que tuvo con el presidente boliviano sí existe y que además está siendo amenazada de muerte en caso de contar “su verdad”.
El diario local El Deber, visitó en la cárcel a Zapata, expareja del mandatario, quien señaló que aunque su vida corre peligro no va a callar más agregando que “Evo Morales no era el monstruo que es hoy”.
Zapata desmintió a los funcionarios del Gobierno y asegura que ella no falsificó ningún documento, ni el certificado de nacimiento de su hijo, ni su título de abogada.
Afirmó a El Deber que el certificado de nacimiento que fue mostrado por el fiscal general, Ramiro Guerrero se lo entregó el abogado de Evo Morales, y agregó que no participó en el trámite del mismo, cuenta que le dijeron que “el profesional se encargaría de todo”.
“Él (Evo Morales) se ha encargado del reconocimiento de mi hijo. Ellos han hecho los papeles y me lo han entregado, yo era apenas una muchacha de 18 años. Fueron ellos los que eligieron incluso el nombre”, detalló Zapata.
Sobre el título profesional de abogado, señaló que ella nunca lo tramitó y que desconoce la existencia del documento exhibido por Guerrero.
Los medios de comunicación de ese país han buscado indagar más sobre el tema, para esclarecer todo lo relacionado con el presunto tráfico de influencias entre el Ejecutivo, Zapata y la empresa china CAMC.
La Red Uno entrevistó al director jurídico del Hospital de la Mujer, Cliffton Colque García, quien dijo que la señora Zapata tiene un historial médico y reveló que en marzo de 2007 acudió a realizarse una ecografía que develó la existencia de un embarazo de 29 semanas y que el posible alumbramiento era en mayo.
La examante de Morales dice que el presidente boliviano miente, pues hasta 2010 le enviaba una manutención de US$100.
“Evo Morales no puede negar la existencia del niño porque hasta 2010 le enviaba US$ 100 de pensión a su hijo y ese dinero no alcanzaba”. Reveló que cuando el menor tenía dos años, ella fue hasta su oficina y recibió una dura reprimenda.
Gabriela Zapata dijo que tiene todos los documentos guardados y una escritura pública por si le sucede algo. Comentó al medio local que se siente “atemorizada e indefensa ante la arremetida judicial” que ha emprendido el Gobierno contra ella y señala que es acusada de “un sinfín de delitos” que nunca cometió.
[adrotate group=”8″]
Carta a la ONU
En una carta con fecha de este jueves 17 de marzo, enviada desde el penal de Obrajes, la expareja del presidente Evo Morales, Gabriela Zapata, solicitó al representante de la Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), Denis Racicot, su mediación para hacer valer sus derechos y denunció que el Gobierno de Bolivia violenta los mismos de forma sistemática.
Diariamente se me acusa de un sinfín de delitos que yo no he cometido y no me dan la oportunidad de defenderme o de que mis abogados puedan realizar las acciones necesarias, pues curiosamente mi caso pasea de un juzgado a otro. Peor aún, el señor presidente ha ordenado que en el tema que hace referencia al hijo que tenemos en común, tenga carácter reservado, por tanto estoy impedida de que yo o mis familiares puedan demostrar y hacer conocer la verdad. Sin embargo, los miembros del gabinete, el vicepresidente en persona se da a la tarea de hablar constantemente del menor.
“Pedirle, suplicarle pueda usted hacerse presente en este recinto penitenciario, para escuchar mi verdad y ayudarme en este terrible momento que me toca vivir a mí y a mis pequeños hijos”, refiere la misiva.
Como usted comprenderá, está situación es ya insostenible, pues no solamente se trata de un tema de justicia que, a pesar de ser acusaciones falsas, sería razonable que yo pueda defenderme, acá se trata de la vida de mi hijo, de su nombre y su existencia que está siendo cuestionada y no quiero imaginar con qué fines. Por otra parte, yo, vía teléfono público que se encuentra en el patio de la COF, recibo constantes llamadas, donde se me amenaza con que apareceré muerta si me animo a decir mi verdad.
Gabriela Zapata Montaño se despide y afirma que es “una madre desesperada”.