EnglishEl presidente de Bolivia dio un ultimátum a la Iglesia Católica de ese país para exigirle que presente los nombres de las autoridades del Ejecutivo que presuntamente están involucradas con el narcotráfico.
La declaraciones de Evo Morales las ofreció luego de que la Conferencia Episcopal boliviana alertara este domingo 3 de abril sobre la penetración del narcotráfico en instancias estatales y policiales.
“Estoy dando un ultimátum a esa conferencia para que dé nombres, ¿quiénes son los narcotraficantes del Estado? ¿Es el presidente, vicepresidente, diputados o senadores? Que den nombres, que digan si son responsables con su discurso”, dijo Morales.
Por su parte, el vocero de la Iglesia Católica, Erwin Bazán dijo que no acepta el ultimátum del mandatario, sobretodo porque se encuentran en un país democrático.
“No creo que tengamos que preocuparnos por ultimátum cuando vivimos en tiempos democráticos” aseveró en rueda de prensa el representante de la iglesia; al mismo tiempo que informó que este jueves 7 de abril la treintena de obispos de la Iglesia católica se reunirán en la Asamblea Episcopal de Bolivia para ofrecer una respuesta conjunta al presidente boliviano.
El defensor del Pueblo de ese país, Rolando Villena también se hizo eco de las declaraciones de la curia católica y solicitó a las autoridades del Gobierno nacional a “no seguir tapando el sol con un dedo”, en referencia a la problemática del narcotráfico en el país y a la Carta Pastoral de la Iglesia Católica que advierte la penetración del ilícito en el Estado.
“Yo invocaría a la racionalidad, a que un tema de fondo sea tratado con mucha altura y evidentemente, si el Presidente está pidiendo saber quiénes son los narcos estatales, eso deberá ser respondido en las instancias competentes”, aseveró el funcionario boliviano.
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Según la Conferencia Episcopal de Bolivia, en su Carta Pastoral Pongo ante ti la vida o la muerte , un documento de 48 páginas, indica: “el narcotráfico, en su estrategia de expansión e impunidad, penetra incluso estructuras estatales y fuerzas del orden, comprando conciencias. La corrupción ha minado la credibilidad de autoridades de diversa jerarquía encargadas de la lucha contra el narcotráfico, tanto en el presente como en el pasado”.
Fuente: El Deber.