El viceministro boliviano de Defensa del Usuario y Consumidor anunció que elaborará un reglamento para regular los servicios que prestan chamanes, curacas y brujas en ese país.
El viceministro Guillermo Mendoza señaló este miércoles que personas que ofrecen esos servicios esotéricos, en muchas ocasiones, presentan publicidad engañosa, sobretodo en la prensa escrita.
Informó que la iniciativa surgió luego de una denuncia inusual contra un curaca que cobró 17.000 bolivianos (US$ 2.469) por unos servicios que no dieron resultado.
“En los próximos días estamos sacando una reglamentación con la finalidad de darles un plazo de horas para que cambien los artes que lanzan por los medios de comunicación o por las redes sociales, porque de lo contrario están infringiendo la ley. Por lo tanto, el Viceministerio va caer con todo su rigor contra ellos (…). Consideramos que es necesario tener reglas del juego, aunque la fe y las creencias son muy difíciles de medir”, explicó.
El curaca que fue denunciado prometió realizar un supuesto “amarre poderoso” para que retornara la pareja del cliente que pagó tal suma de dinero. Sin embargo, los esfuerzos y brujerías no lograron el objetivo.
A consecuencia de ese caso, Mendoza dijo que se realizó un debate interno en el viceministerio a su cargo para ver las formas de regular esos servicios, tomando en cuenta que algunos chamanes, curacas o brujas, engañan y estafan a las personas que contratan sus servicios.
Agregó que el reglamento se podría denominar protección del usuario de la creencia y de la fe.
“¿Cómo podríamos establecer las notas sobre lo que uno cree? Es bastante imposible por la subjetividad del tema. (…) Consideramos que los usuarios de la fe y de la creencia también necesitan ciertas seguridades”, subrayó.
No obstante, dijo que el Viceministerio de Defensa del Consumidor puede solicitar a curacas, chamanes y brujas, que retiren de los medios de comunicación y las redes sociales la publicidad engañosa, en la que inducen a la población a solicitar sus servicios, prometiendo ciertos efectos que no cumplen.
“Tenemos un rango de sanciones claramente establecido en la ley y en relación a la publicidad engañosa son claras nuestras multas: pueden ir en las escalas grave, muy grave y flagrante”, señaló.
Fuente: La Razón