
La suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no asistirá este miércoles 6 de julio al Senado, pero en su lugar envió una carta en la que afirma que el impeachment en su contra es “una farsa política y jurídica”.
En la misiva, enviada a la comisión donde se tramita el juicio político, Rousseff señaló que su defensa en el Senado la hará en otro momento.
“Mi defensa será por escrito y leída por mi abogado. Estamos evaluando mi ida al plenario del Senado en otro momento”, escribió la mandataria ayer en Twitter.
Dijo en la misiva, leída por su defensor José Eduardo Cardozo, que el proceso de juicio político en su contra es una farsa jurídica y política que atenta contra la democracia de la nación.
Rousseff comienza defendiendo el mandato que le otorgaron “54 millones de votos” en 2014, cuando fue reelegida, y se describe como “una mujer honesta, una funcionaria pública dedicada y una luchadora por las causas justas”.
Del mismo modo, Rousseff recordó su vida política y aseguró que ha estado llena de injusticias.
Señala que en su juventud sufrió el dolor de la tortura y ahora sufre “el dolor tremendo de la injusticia; lo que más duele es que soy víctima de una farsa jurídica y política”.
La comisión de 21 senadores tramita el caso por el cual fue acusada de aprobar gastos sin autorización del Congreso y de financiar al Tesoro a través de la banca pública, lo que se traduce en dos presuntas violaciones a la ley de responsabilidad fiscal que alcanza a funcionarios públicos.
Rousseff insiste en que no tuvo responsabilidad directa en ninguno de esos asuntos y que los decretos fueron dictados después de consultas con los responsables técnicos del Gobierno, que los avalaron.
La comisión votará el próximo 4 de agosto un informe no vinculante que será sometido al pleno de 81 senadores el 9 de ese mes.
Si en esa instancia fuera aprobado por una mayoría simple de 41 votos, la Corte Suprema volverá a convocar al pleno del Senado para una última sesión, en la que Rousseff sería destituida si lo respaldase una mayoría calificada de 54 senadores (dos tercios).
De llegarse a ese extremo, Temer concluirá el mandato que vence el 1 de enero de 2019. Pero si Rousseff fuera absuelta, recuperará el poder una vez que se publique la sentencia.