La automotriz Mitsubishi anunció la apertura de su oficina en Cuba, decisión impulsada luego de que el régimen de Raúl Castro y el Gobierno de Estados Unidos decidiera restablecer sus relaciones diplomáticas.
Con este anunció, la empresa se convierte en la primera multinacional japonesa que se establece en la Isla desde que se anunciara la “nueva era” en las relaciones entre La Habana y Washington.
“Desde la normalización de las relaciones con Estados Unidos, el gobierno de Cuba ha invitado a la inversión extranjera y respondimos a esa invitación. Tomamos esa decisión muy rápido, algo que suele ser muy raro en las compañías japonesas”, dijo el Eiichi Tanabe, CEO del grupo de Financiación Industrial, Logística y Desarrollo de Mitsubishi.
La multinacional promete llevar a la Isla nuevas tecnologías y modelos de negocio, “pero respetando la singularidad del país”, sostuvo el alto ejecutivo japonés. Asegura que la empresa explora proyectos de infraestructura en Cuba.
Mitsubishi es más que una productora de vehículos de motor, es un gigante que está metido en la minería, el petróleo, gas natural, alimentos, tecnología, en fin, en todos los rublos que Cuba anda buscando inversión.
“La llegada de empresas como esta es muy importante para Cuba como para cualquier otro país en el mundo. Es un aporte importante para el desarrollo de nuestro país y es una oportunidad también para Mitsubishi, porque Cuba, aunque es pequeñita, no es cualquier país”, dijo Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro.
La compañía, sin embargo, mantiene presencia en el mercado cubano desde los años cincuenta, aunque ahora su intención es ampliar la escala de sus operaciones.
El anuncio de la llegada de Mitsubishi tiene un valor muy particular para Cuba, pues se da en un contexto en que la economía cubana sufre de una falta de liquidez que obligará al país a tomar importantes medidas de ahorro para paliar la crisis.
Fuente: El Nuevo Día