
Después de dos semanas de juicio y un año de audiencias, llegó la hora final para los “narcosobrinos” de la familia presidencial venezolana; se espera que para este viernes se defina si son declarados culpables o inocentes de conspirar para traficar narcóticos hacia Estados Unidos.
Este viernes comienzan las deliberaciones del jurado el cual recibirá hoy un entrenamiento para luego deliberar en privado un veredicto. La pena máxima por conspiración es cadena perpetua.
Se realizará la reunión con el juez Paul Crotty para dar las instrucciones finales sobre los temas legales y los delitos que se deben observar para emitir el veredicto.
Si el jurado no decide de forma unánime quién tiene la palabra final es el juez del caso, quien tendrá un plazo de hasta 90 días después de darse el veredicto, para anunciar la sentencia.
En el último día de sesión la Fiscalía estadounidense mostró la experiencia de los acusados, mientras que los abogados defensores apelaron a los sentimientos del jurado.
“Los dos primos, cuya tía Cilia Flores está casada con Maduro, no fueron víctimas ingenuas de una conspiración estadounidense, sino por el contrario fueron ansiosos y entusiastas compañeros que trabajaron metódicamente durante meses en una complicada operación de drogas por medio de la cual buscaban ganar al menos 20 millones de dólares que se utilizaría para ayudar a impulsar la campaña de su tía y solidificar el poder de la familia en el país”, dijo el fiscal acusador.
El sustento de las argumentaciones de la Fiscalía ha sido que los acusados trataron de explotar sus conexiones políticas mediante el uso del hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Venezuela para enviar cargas masivas de cocaína a EE. UU.
Por su parte, la defensa dice que sus clientes fueron “inducidos, engañados y atrapados” por corruptos informantes estadounidenses.
La Fiscalía en el último día hizo referencia a todas las grabaciones que inculpan a Efraín Campo junto con Franqui Flores y en sus confesiones en el momento de ser detenidos:
“Flores dijo que ganaría 560.000 dólares en el acuerdo. Ambos reconocieron que la droga iba a Estados Unidos”, dijo el fiscal.
Efraín Campo habría afirmado tener el control total del hangar presidencial. “Incluso los generales y los coroneles no podían interferir por quién era él”, dice el reporte. En una de las grabaciones que se ventilaron durante el juicio se escuchó afirmar a Campo: “He estado haciendo este trabajo desde que tenía 18 años”.
Campos Flores y Flores de Freitas fueron formalmente acusados de los cargos de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, y de fabricar o distribuir cocaína, a sabiendas y con la intención de que se sería importada a Estados Unidos, en violación de las normas del Código de Estados Unidos.
Los sobrinos de la familia presidencial venezolana fueron arrestados el diez de noviembre de 2015 por la policía de Haití y luego extraditados a Estados Unidos.
Lo más destacado durante el juicio
Testigo mentiroso: el principal testigo de la Fiscalía, el cual fungió como informante en el caso de los “narcosobrinos”, mintió. Al ser descubierto fue condenado a cadena perpetua.
Aunque se determinó que CS-1 (el testigo) mintió, sus reportes y evidencias ofrecidas por él se mantuvieron, por lo que las grabaciones, audio y videos, fueron validados.
Armas y selfies: durante el juicio la Fiscalía de Estados Unidos reveló el contenido de los teléfonos celulares de los acusados. Entre las evidencias en los teléfonos se mostraron fotografías de los “narcosobrinos” con armas y selfies con avionetas privadas.
Diosdado Cabello en el juicio: el diputado chavista Diosdado Cabello, fue mencionado varias veces durante el juicio. En un audio los “narcosobrinos” señalaron que es el hombre más poderoso de Venezuela y tiene presuntamente el control sobre la Fuerza Armada Nacional. También se hizo referencia a su supuesta vinculación con el Cártel de los Soles.
Audios y videos reveladores: se pudo escuchar también una grabación en la que uno de los sobrinos se jacta de haber estado traficando drogas desde que era adolescente.
Se escuchó a Campo Flores diciendo que tenía que programar una reunión en un día en que no estuviese trabajando en la campaña de su mamá (Cilia Flores). También planteó la posibilidad de ampliar la operación a Canadá, ya que ellos tenían “un primo allá que es cónsul” y que con él podían hacer negocios.
Campo Flores aparece manipulando un kilo de polvo blanco, y se ve hablando por un radio a uno de sus guardaespaldas pidiendo que le busquen una navaja para abrir el paquete.
Se escuchó a los sobrinos alardear que tienen el control del hangar presidencial en el Aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía en Venezuela.
Primera Dama (Cilia Flores) vinculada : se escuchó a Flores de Freitas confesar que su tía (Cilia Flores) quería ser diputada y luego ser gobernadora de estado.
Flores de Freitas dijo que ganaría 560.000 dólares para ayudar a pagar la campaña política de la primera dama.
Sobrinos “estúpidos”: los abogados de los sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores aseguraron en el juicio que ellos “son demasiado estúpidos” para realizar esa operación, por lo que siempre mantuvieron que fueron víctimas de una trampa.
Defensa confesaron que “narcosobrinos” querían robar: los abogados defensores alegaron que los “narcosobrinos” no pretendían introducir cocaína en Estados Unidos, sino que por el contrario buscaban robarle una suma de USD$ 20 millones a los informantes confidenciales”.
Pasaporte diplomático: con un pasaporte diplomático emitido en Caracas en 2009, “Hamudi” viajó en tres oportunidades a Europa; un ciudadano que nunca ejerció labores en algún trabajo formal en Venezuela.
Se trató de Mohamad Khalil Abdul Razzak Yánez, conocido como “Hamudi” y socio de Efraín Antonio Campos Flores y a Franqui Flores de Freitas; acusados de conspirar para traficar 800 kilos de cocaína provenientes de las FARC hacia Estados Unidos.
Magnate chavista pagó a los abogados: el magnate naviero venezolano, Wilmer Ruperti, es quien pagó los honorarios legales de los “narcosobrinos”. Aseguró que lo hizo porque el caso “perturbó la tranquilidad” de Nicolás Maduro y porque estaba “ayudando a preservar el Gobierno constitucional de Venezuela”.