Venezuela se mantiene en los ojos del mundo tras unas elecciones regionales fraudulentas donde el CNE fue el líder de una serie de ilícitos, mecanismos e irregularidades que le otorgaron la victoria al chavismo.
No solo en las primeras planas del país suramericano se refleja la dictadura a la que está sometido el pueblo venezolano, medios internacionales como Bloomberg y The Economist publicaron duros editoriales sobre la realidad del país gobernado por Nicolás Maduro.
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Ambos medios ven como imposible que el régimen que fue a elecciones con un 24% de la aprobación haya logrado 18 de 23 gobernaciones.
Para Bloomberg la solución en Venezuela es mantener la presión constante contra la autocracia para que de ese modo “regrese la democracia algún día”.
Bloomberg:Steadfast pressure is the best way to ensure that Venezuela's soft autocracy one day returns to democracy. https://t.co/9DommLoN5b
— Moisés Naím (@MoisesNaim) October 20, 2017
Por su parte, para The Economist, el régimen logró su cometido bajo el lema “divide y vencerás”.
“Desde Canadá hacia abajo, muchos de los gobiernos del hemisferio han criticado las irregularidades de la farsa del fin de semana pasado. Con una elección presidencial programada para el próximo año, deben presionar mucho para una auditoría completa, el restablecimiento de la independencia del otrora prestigioso Consejo Electoral de Venezuela y la presencia libre de observadores electorales internacionales”; señala Bloomberg.
Bloomberg pide aún más sanciones contra los altos funcionarios de Venezuela involucrados en escándalos de corrupción, pide que todos los países demócratas se sumen a esta iniciativa.
Los gobiernos necesitan exponer y castigar la complicidad de los altos funcionarios de Venezuela en los escándalos de corrupción. Necesitan apoyar el trabajo de la Organización de Estados Americanos para responsabilizar a Venezuela por los abusos contra los derechos humanos. Más necesidad de coordinar las sanciones contra las personas acusadas de tales crímenes, algo que la Unión Europea está tomando en cuenta esta semana. Y los EE. UU. puede aumentar la presión financiera sobre Venezuela restringiendo el acceso de su compañía petrolera al crédito a corto plazo, al tiempo de señalar una mayor disposición para prohibir las exportaciones de productos petroleros de Estados Unidos a Venezuela y, si es necesario, las importaciones de petróleo venezolano.
En su editorial The Economist resaltó de qué manera el chavismo obtuvo una victoria de mentira, asegura que el resultado de estas elecciones “deja a la oposición sin rumbo y desmoralizada”.
“Pocas personas fuera del régimen piensan que el voto de gobernador de este mes fue justo. La organización deshonesta de la elección puede haber contribuido al resultado inesperado, pero no está claro cuánto de eso hubo. Otros factores también jugaron un papel. Incluyen divisiones dentro de la MUD y el agotamiento entre la gente común después de meses de protestas este año en las que murieron al menos 125 personas. El gobierno también capitalizó su organización superior para mover sus votantes. El resultado ha puesto una primavera en el paso de Maduro y deja a la oposición sin rumbo y desmoralizada”; señala el editorial.
Para el medio inglés, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) “está sacudida” con una división interna inocultable y unas consecuencias que podrían ser catastróficas.
“La MUD está sacudida. Mientras que Maduro celebró la democracia “récord” de Venezuela, reinaba la confusión en la sede de la oposición en Caracas. Los líderes al principio respondieron a los resultados con un sorprendente silencio por más de una hora. Salieron a decir que el MUD no reconocería los resultados; pero no hicieron acusaciones específicas de fraude. Su temblorosa reacción es “desconcertante”, dice David Smilde de la Oficina de Washington para América Latina, una ONG. “¿Cómo es posible que no hayan considerado varios escenarios y no tuvieran un plan?”, señala The Economist.
Al final en su editorial, el medio hace una advertencia, pues para 2018 estarían planificadas unas elecciones presidenciales donde con tanto descontento ante un CNE fraudulento y una oposición bajo “capa caída” podría otorgarle de nuevo el poder al chavismo.
Quienquiera que sea, el candidato chavista pudiera correr sin oposición. La MUD ha sugerido que no participará en otras elecciones a menos que la comisión electoral se haga independiente. Tendría problemas para elegir un abanderado. El líder de la oposición más popular, Leopoldo López, se encuentra bajo arresto domiciliario después de pasar más de tres años en prisión. Henrique Capriles, el ex gobernador de Miranda, quien casi derrotó a Maduro en las elecciones presidenciales de 2013, ha sido acusado de delitos menores relacionados con el presupuesto y ha sido excluido de optar a cargos de elección durante 15 años.
Fuentes: Bloomberg; The Economist