
La ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC) promulgó una “Ley contra el Odio”, la cual se convertirá en instrumento para apresar a opositores, censurar periodistas y cerrar medios de comunicación.
En primer lugar, la ANC es un organismo írrito y todas y cada una de sus acciones son ilícitas; esto, luego de que fuera instaurada en contra de los establecido en la Constitución venezolana y el pueblo no fuera consultado.
La ANC decidió usurpar las funciones del Parlamento venezolano, y con el respaldo del máximo Tribunal Supremo de Justicia promulga normativas que no tienen “ni pies ni cabeza”. Tal es el caso de la “Ley Contra el Odio“, que impedirá llamados a protestas de calle y que debilita una vez más la libertad de expresión en Venezuela.
La llamada Ley contra el Odio es el producto de una asamblea tumultuaria , no representativa de la sociedad, “electa” por el régimen para hacer eso. No tiene validéz alguna, es inconstitucional y retrata al régimen. Internacionalmente disipará cualquier duda sobre su naturaleza.
— Blanca Rosa Mármol (@BMarmoldeLeon) November 10, 2017
La nueva norma está constituida por 25 artículos que con el supuesto objetivo de “promover la tolerancia y prevenir toda forma de odio, hostigamiento y violencia”, establece prohibiciones en la emisión de mensajes que “puedan ser considerados negativos y que promuevan la guerra y la discriminación”. Se trata de una ley “poco objetiva” donde quedará a criterio de la “justicia” chavista qué es un mensaje negativo.
Pero habría que preguntarse si esta “Ley contra el Odio” aplicará también para líderes del oficialismo que no escatiman en proliferar groserías y hasta maldiciones a través de los medios estatales.
El principal líder de los mensajes de odio por parte del oficialismo fue el expresidente Hugo Chávez, quien no medía sus palabras a la hora de condenar a todo aquél que nos estuviera a su favor.
“Aprovecho para condenar de nuevo, desde el fondo de mi alma y de mis vísceras, al Estado de Israel. ¡Maldito seas, Estado de Israel! ¡Maldito seas! Terroristas y asesinos”: fueron las palabras de Chavez durante una transmisión televisiva en el año 2o12.
Frente al ejemplo de Chávez, el actual mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, buscó por todos los medios seguir los pasos de su antecesor, y a través de los medios de comunicación difundir su odio contra toda la disidencia de ese país.
“Los opositores son mariconzones y fascistas”, así se refirió Maduro a la oposición venezolana y sobre todo al presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza, quien siempre, con respeto, ha exigido el acceso a divisas y materia prima para producir los principales alimentos de los venezolanos.
Y así, como Hugo Chávez y Maduro se han dedicado a difundir “mensajes negativos” a través de los medios de comunicación, nunca ha existido una sanción contra ellos o contra cualquier otro funcionario del chavismo que tras permanecer en el poder se han dedicado a juzgar, insultar y vilipendiar a cualquier ciudadano que piense distinto.
Una ley contra la persecución
La nueva “Ley contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia” castiga con penas hasta de 20 años de cárcel por “incitación al odio”, condición que se puede atribuir a manifestantes en la vía pública que protestan contra el Gobierno o que expresen críticas y opiniones en redes sociales y medios de comunicación.
La ley, bajo conceptos muy ambiguos, también considera penalidades contra los medios que trasmitan propaganda y contra partidos políticos que promuevan “el fascismo”. Además, el artículo 14 prohíbe la difusión de mensajes en las redes sociales o medios electrónicos y digitales que llamen a la guerra o inciten al odio.
Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa y director del portal La Silla Rota de Ciudad de México, dijo que “la novedad peligrosa de esta ley es que permite al Gobierno ensañarse contra los ciudadanos comunes que protestan o que se expresan en las redes sociales”.
Habría que preguntarse si los “comunicadores” chavistas también serán sancionados con la “Ley contra el Odio” con mensajes de violencia que constantemente difunden a través de sus programas televisivos o a través de las redes sociales.
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Tal es el caso del chavista Mario Silva, quien aseguró que con la Constituyente se le debía “caer a coñazos (golpes) a todos los opositores”.
Queda esperar ahora quiénes serán las primeras víctimas de esta “Ley Contra el Odio” y quién será el encargado de discernir quién odia y quién no. A quién se puede odiar y a quién no.
En Venezuela ya no hay libertad de expresión, pues este régimen que se ha encargado de sembrar rencor en la población tras hacerla pasar necesidades, hambre y pobreza, ahora con esta “ley” se ampara en impedir que los ciudadanos espresen su descontento.